Paisajes para maridar
| Autor | Analine Cedillo |
Enviada
BRATISLAVA, Eslovaquia.- En la primera noche bajo el cielo de Bratislava nos reciben con aguardiente de pera o hruskovica.
El sabor intenso del destilado, muy tradicional por estas tierras, es sólo el aperitivo de nuestro recorrido por el corazón de Europa Central: al día siguiente nos aguarda una aventura enológica a las afueras de la capital eslovaca.
A menos de una hora de camino por carretera, el paisaje está dominado por los campos cubiertos de parras, cuyo entramado parece que se extiende hasta las faldas de las montañas. Aquí y allá se observan sencillas casas construidas en piedra, con techos de dos aguas y chimeneas, además de algunos tendederos de colorida ropa que esperan los rayos de sol.
Eslovaquia tiene seis regiones vinícolas, cuenta durante el trayecto el guía Rolando Loureiro.
La región más exclusiva es la de Tokaj, que limita con Hungría y donde el terruño se caracteriza por los vestigios de antiguos volcanes.
Pero los viñedos más famosos están en la zona de los Pequeños Cárpatos (o Malokarpatská, en eslovaco), donde las uvas crecen entre granito. Allá vamos.
La ruta del vino abarca Raèa, un pueblo que se considera parte de Bratislava; Svät<00FD> Jur y Pezinok, hasta Modra.
Nuestro recorrido se concentra en las cercanías de Raèa, donde Mrva Stanko, una de las principales vinícolas del País, abre sus puertas al turismo.
Llegamos a la bodega justo a comer.
Desde la cava desfilan botellas de uvas Chardonnay, Cabernet Sauvignon Rosé y algunas que mezclan Cabernet Sauvignon, Merlot y Frankovka Modrá, esta última, una cepa de la región de Modra, usada en la producción de tintos, que se caracteriza por su intenso color rojo con acentos azules, su aroma a bayas y su sabor especiado y afrutado.
Al tiempo que llega el primer plato, Josef Stanko, el gerente de la bodega, destapa algunas botellas de las 450 mil que la casa produce al año.
Las siguientes dos horas transcurren entre cucharadas de caldo de gallina con zanahoria y pasta, bocados de pecho de ganso en salsa de arándano, puré de papa con apio, panecillos, estrudel de manzana y sorbos de vinos.
Con los sabores de Eslovaquia en el paladar, dejamos las mesas para seguir a Stanko en un recorrido guiado por los rincones de producción de la bodega establecida en 1997.
No muy lejos de los barriles donde se añeja el vino está el área de alojamiento, inaugurada este año. Consta de 12 habitaciones y una suite (con servicio gratuito de Internet inalámbrico).
El camino de vuelta...
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