Paisaje perfecto: Toscana

AutorFlorencia Podestá

En el imaginario de Occidente existe un paisaje ideal, de armonía perfecta, que podremos relacionar con las imágenes en cientos de pinturas medievales y renacentistas italianas, vistas en algún libro de arte o en vivo y en directo si fuimos afortunados.

En los frescos de Giotto, de Lorenzetti o de Cimabue aparecen los personajes -santos o poderosos, por lo general- en primer plano y, en el fondo, un paisaje de colinas doradas y verdes, coronadas de bosquecitos, campos arados, y aquí y allá castillos o casonas de piedra que se amalgaman dulcemente con la tierra.

Si conduces por las carreteras de Italia central, al adentrarte en territorio toscano la sorpresa es grande cuando descubres que ese paisaje ideal no provenía de la imaginación de los pintores italianos, sino que se limitaron a representar ni más ni menos que la pura realidad.

Esta es una región de escalas pequeñas, abarcables, a la medida de lo humano. La Toscana, al igual que su luz, tan apreciada por pintores y poetas, tiene infinitos matices. Su gente permanece profundamente apegada a la tierra, dedicada al cultivo de trigales, olivares y viñedos.

Sin embargo, en este paisaje sorprendentemente rural hay una fuerte tradición cultural y artística que se remonta a los tiempos medievales en que esta región de Italia dio a luz a uno de los movimientos artísticos y humanistas más importantes en la historia occidental, que fructificó en el Renacimiento.

Quien salga a caminar bajo el sol de la Toscana sin itinerario determinado se sorprenderá cuando, en cualquier iglesia pequeña de un poblado de nombre ignoto, encuentre obras de arte extraordinarias de seis o siete siglos de antigüedad, tan trascendentes como las que podemos ver en el Museo degli Uffici de Florencia.

Este territorio de detalles sutiles fascinó a los creadores de todas las épocas, desde los poetas románticos ingleses y alemanes (Byron, Shelley, Rilke), hasta los hippies y artistas de los 60 (como los cineastas de la Nouvelle Vague, o el famoso director de teatro de vanguardia Grotowski, que estableció allí su escuela).

En nuestro siglo de cine, el ambiente de la Toscana fue utilizado como escenario de varias películas célebres como Nostalgia de Andrej Tarkovski, o El Gladiador, de Ridley Scott. Se sabe también que actores y famosos (como el cantante Sting, el actor Daniel Day Lewis, el director de orquesta Zubin Mehta) viven allí parte del año en sus villas campestres.

¿Por qué la Toscana se convirtió en el paraíso...

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