El país de las sombras

AutorGerman Nava

Enviado

CHEQUIA.- La noche nació en Praga. Le cedió el fulgor a París y el cerebro a alguna fría capital como Oslo o Helsinki.

Praga se conformó con ser el corazón. Y es que, geográficamente, Chequia yace justo en el centro de una Europa convulsionada, con tanta historia que se revuelca en recuerdos de felicidad, caos y amargura.

Pero si bien es Praga la más celosa de las ciudades checas, no es la única que arrebata el aliento de cualquier viajero sensible.

Una "Revolución de Terciopelo" culminó en los tribunales que le otorgaron el divorcio de su otrora amada Bratislava, pero le quedaron joyas que hoy son consideradas Patrimonio de la Humanidad y que se salvaron de las bombas arrojadas en las dos últimas grandes guerras del siglo 20.

Kutna Hora, Pisek, Zvikov, Plzen, Holasovice, Cesky Krumlov y Domazlice son buenas opciones para conocer más de la que fuera la gran Checoslovaquia de 1918 a 1992.

Poblados cuyas callejuelas se retuercen bajo la mirada intimidante de cada una de sus efigies, ésa que quisiera contar la historia del mundo de un plumazo; de las gárgolas que asustan desde lo alto de sus catedrales y que bajo la bruma vigilan las intenciones sospechosas de cualquier forastero, cuando el velo de la noche cubre un escenario de cúpulas, cementerios y góticas agujas.

Una atmósfera donde se pasean los duendes, las brujas y los fantasmas que arrebatan el alma de los parroquianos cuando cae el sol.

Al amanecer, la luz se cuela por los cristales de Bohemia, y los ríos cobran nueva vida e invaden los campos, las montañas y los valles para cumplir con su labor de seguir proveyendo de sangre a este país cuyo corazón le da esperanza a un continente viejo que a veces pareciera...

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