Página Tres / Marcha contra la inseguridad

AutorRicardo Omaña del Castillo

Marcha contra la inseguridad

Pareciera que en México todo lo que se hace y se dice tiene un significado político. Somos ciertamente proclives a la suspicacia, tal vez porque, incluso, temas como el de la asistencia social se politizan, tal como sucede con la institución Vamos México, que preside la señora Sahagún. Nos han acostumbrado a ver detrás de la apariencia, para evitar que nos tomen el pelo. Sobre todo en este sexenio que tiene una vocación triunfalista desenfrenada y con discursos bobos nos quiere persuadir de que todo lo que hace es un invento, aunque todo no sea más que el riguroso cumplimiento de sus obligaciones primarias. Hacemos este preámbulo para referirnos a la megamarcha que el sector privado ha organizado para hoy en la Ciudad de México, y en algunas ciudades del País, para protestar contra la inseguridad pública: atracos, robos, secuestros, etcétera. Se dice por cierto que la gran manifestación no es más que un disimulado golpe dirigido a la quijada de Manuel López Obrador, cuyas probabilidades de llegar a la Presidencia ha puesto a temblar no sólo a los viejos partidos políticos, sino a cierto sector de la iniciativa privada. La textura ideológica de López Obrador tiene sin duda rasgos socialistoides, y eso le pone los pelos de punta a mucha gente usufructuaria del liberalismo económico que puso de moda el PRI y que el PAN sigue al pie de la letra. La sospecha de que la megamarcha disminuirá los bonos de popularidad del jefe del gobierno capitalino, es lo que le concede al movimiento un tinte de esencia electorera. Yo no lo creo, por dos razones: primero, la inseguridad pública es un fenómeno real, creciente y preocupante. Ya nadie está a salvo de los delincuentes, llámense organizados o circunstanciales. La sociedad es rehén del crimen y está a merced de los malhechores que se desempeñan a sus anchas y en la impunidad. El Poder Judicial no puede contra el crimen y para colmo tenemos leyes laxas cuyos leves castigos que establece, incluso contra delitos graves, permiten las reincidencias. La megamarcha es una llamada de atención para que el Estado se preocupe por brindarle mayor seguridad a los ciudadanos. La segunda razón por la que pienso que la manifestación no tiene fines políticos ni destinatarios determinados, es porque la inseguridad no es privativa del Distrito Federal. Es una calamidad nacional en todas las entidades. Luego entonces, si el movimiento tuviera una connotación política, el gobierno de Vicente Fox...

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