Página Tres / Se va Rosario Robles y Cárdenas regresa

AutorRicardo Omaña del Castillo

Se va Rosario Robles y Cárdenas regresa

Comentamos la semana pasada que mientras Manuel López Obrador no perdía oportunidad de lanzar sus dardos contra Carlos Salinas de Gortari, la situación al interior de su partido estaba en plena ebullición. No exagerábamos. Rosario Robles, presidenta del PRD, presentó inesperadamente su renuncia de manera irrevocable, por sentirse blanco del "fuego amigo". Uno de dos factores pudo motivar la salida de la ex Gobernadora del Distrito Federal. El primero tiene que ver con las críticas que recibió por haber fallado en sus pronósticos de que en las pasadas elecciones de julio su partido obtendría por lo menos el 20 por ciento de la votación. A Cuauhtémoc Cárdenas no le agradó la predicción de Robles, tal vez porque le pareció poco ambiciosa. Sin embargo, aunque en general el PRD no dio señales de fortalecimiento, sí obtuvo casi el doble de Diputaciones federales. Más de 90, contra 52 que tiene actualmente. Dentro de este marco también se le criticó a la dirigente perredista el endeudamiento al que había recurrido para hacer frente a los gastos de campaña de sus candidatos. Después de las elecciones se escucharon también voces perredistas que hablaban del divisionismo que hay en las filas del partido y que es ya evidente. El mismo Cárdenas había dicho que el PRD podría ser conducido a su fragmentación y que era necesario evitarlo a toda costa. La otra razón por la que Rosario Robles pudo haber decidido renunciar a la dirigencia de su partido, no tiene nada que ver con el resultado de las pasadas elecciones. Robles ha expresado reiteradamente que el PRD debe ser democratizado, y ha censurado el hecho de que el partido sea rehén de grupos distanciados de "las bases", de quienes creen y son fieles a la corriente de izquierda que representa. Aunque sin referencias directas, doña Rosario se ha negado a poner al PRD a los pies de ídolos, o al servicio de castas. Ella había propuesto cambiar al partido, recurrir a discursos más propositivos, suspender los ataques personales y las descalificaciones. Tales propuestas fueron aceptadas por el partido, pero después de que Robles dejó la Presidencia. El PRD, como ya lo hemos comentado, es una fracción política que se divide en la medida que se fortalece, y que se debilita en la medida en que se divide. La sombra de Cuauhtémoc Cárdenas permanece sobre el partido que formó hace poco más de 15 años. Su obsesión por llegar a la Presidencia sigue latente. Ya fue tres veces...

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