¡Padrísimo!

AutorEdgar Contreras y Carlos Rubio

Enviados

MOSCÚ.- En 90 minutos la Selección Mexicana transformó la desconfianza en heroísmo.

En el Día del Padre, el gol de Hirving Lozano, las atajadas de Guillermo Ochoa, el planteamiento de Juan Carlos Osorio, el corazón de los 23 consiguieron una victoria histórica frente al campeón del mundo.

A Alemania nunca se le había ganado en partidos oficiales, menos en un Mundial.

Los verdes -en palabras de su entrenador- saltaron a la cancha convencidos que había que jugar por el amor a ganar, y no con el temor a perder. Lo consiguieron.

"Esta es una victoria conseguida por el amor de los jugadores a la camiseta. Todo el crédito es para los muchachos, diseñamos un plan y salió todo bien", celebró Osorio, multicriticado por su esquema de rotaciones.

Más de 35 mil mexicanos enloquecían en las gradas del Estadio Luzhniki de Moscú. Con enorme corazón impulsaron a los suyos a cada minuto y sus gritos los hicieron sentir como en el Azteca.

Rafa Márquez entró al encuentro en la segunda mitad...

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