Padres en alerta

AutorYoana Rodríguez

La adolescencia es un momento de cambio, una transición inesperada que descoloca e incomoda a los estudiantes, y aunque los estados de ánimo son cambiantes y la inconformidad o la rebeldía pueden ser normales, hay otras actitudes que no lo son.

"Si observamos tendencias destructivas fuera de lo común con otros y hacia con ellos mismos, como maltratar a un animal, a los hermanos o ser violentos con los propios padres es señal de una agresividad patológica y de depresión", sostiene la doctora en psicoanálisis Xóchitl Vázquez del Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO.

Hay otros indicios que se diferencían entre los síntomas del Síndrome Normal de la Adolescencia y un trastorno patológico como crearse cortes, ser propenso a tener accidentes, cambios de los patrones de conducta y de sueño, no tener ganas de bañarse ni ganas de convivir con otros jóvenes o con la familia.

Por otro lado, la experta en psicoanálisis explica que la depresión en los niños es un fenómeno difícil de detectar, pero que puede observarse en niños distraídos, inquietos, incapaces de fijar la atención en otras personas, que se aíslan y destruyen cosas apartados de los que conforman su entorno.

Hay factores que intervienen en el desarrollo de estos trastornos. El primero es un entorno afectivo que se dio en los primeros años de infancia cuando se construyen los sentidos de confianza y seguridad, así como la herencia genética y biológica.

"Desde casa se puede hacer mucho en el terreno de lo afectivo al observar, escuchar y acompañar a los hijos, pero sin estar encima de ellos, sobre todo con los adolescentes", subraya Vázquez, y añade que otro elemento constitutivo es fortalecer su...

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