Padecen pestilencia

AutorVania Citlalli de Dios

En la Colonia El Mante, de Zapopan, no tienen frescos amaneceres. Ahí, desde que el canal pluvial lo convirtieron en arroyo para desfogar aguas negras, las mañanas son apestosas y los atardeceres iguales.

Aunque el canal atraviesa el Periférico, a unos metros del ITESO y a un costado del motel que lleva el nombre de la colonia, pasa desapercibido para los automovilistas, a menos de que la temperatura esparza el olor a caño.

El arroyo de agua chocolatosa pasa detrás de la casa de Gabriela Gálvez y asegura que hasta el año pasado no había sido problema porque sólo tenían que soportar los olores fétidos durante algunos días del temporal de lluvias.

"Se supone que era un canal para aguas pluviales, no para aguas negras y sólo durante la época de lluvia pasaban aguas por aquí y de repente eran del caño, pero no siempre", señala de pie frente al arroyo.

En algunos rincones el agua está acumulada y cubierta por una nata espesa. El olor es desagradable y pica en la nariz, una mezcla de agua estancada con huevo y verduras podridas.

"Ahorita no huele a nada, lo peor es por las mañanas o en las noches. A esa hora sí está horrible", sostiene.

Gabriela tiene copia de los reportes. Aunque primero le dijeron que formaban parte del territorio de Tlaquepaque, le aceptaron el reporte en Zapopan porque es donde paga impuestos y las placas de las calles son de ese Municipio.

Aunque la vecina pidió la intervención del Ayuntamiento zapopano desde mayo del 2008 a la fecha no le han resuelto nada y las mañanas y las tardes siguen igual de apestosas.

"Me dijeron que era porque se rompió una tubería de aguas negras allá arriba (a espaldas de la zona arqueológica del Ixtépete) y que desde allá se venía el agua del caño hasta acá", explicó.

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