Paco Navarrete / La no reelección del Peje

AutorPaco Navarrete

Justo antes del fin de semana, el Presidente Andrés Manuel López Obrador apareció ante los medios acompañado de un diligente chalán que, a la voz de mando, reveló un documento por demás interesante. En él quedó inscrita con letras de oro -bueno, de cobre: estamos en austeridad- la promesa fiel de López de no reelegirse, ni aunque la Nación se lo demande. Es más, ni aunque chille y ruegue la Nación, que en materia de reelegir a sus prohombres ha demostrado no tener remilgos: la convicción democrática del prócer es de hierro e inamovible.

Qué bien. Ahora podrán descansar las almas pusilánimes que temían algún arrebato de entusiasmo que nos fuera a regalar otros 34 años de porfiriato.

Superado el escollo, quedan algunos asuntos nimios en la cartera: la inseguridad y violencia, el terco huachicol y el maremágnum de migrantes que van y vienen de una frontera a otra, desconcertados y descorazonados, por mencionar unos cuantos.

Y como no se ve solución muy cercana, queda una duda, ¿por qué demonios querría reelegirse, a fin de cuentas? Si el hombre dice que no le interesa el poder, mucho menos el dinero fácil... y a fin de cuentas ya está algo mayor, ¿qué puede ganar que no sea un infarto masivo al corazón, tan henchido de bondad y poesía como lo tiene?

Sepa la bola.

Lo cierto es que don López tiene una popularidad inusitada. Vamos, ni siquiera el cachetón insufrible de Luis Miguel pudo alcanzar tan alto rating cuando salió la serie sobre su vida.

Pero más que pensar en eternizarse en el trono, quizá deberían centrarse don López, su familia y su círculo íntimo en un tema más importante: que pueda salir entero y de pie... de este periodo. No le deseo ningún mal, ni mucho menos, pero seamos realistas: ya está muy mayor. Además, mal come y viaja en puros camiones polleros. Y los compas de la "prensa crítica" lo están haciendo renegar bien mucho. Y sus altos funcionarios le renuncian como empleadas domésticas de las de antes, las que no tenían seguridad social: sin aviso. Así no se puede.

De ahí mi exhorto a la Nación: compatriotas, es hora de bajarle la espuma al chocomilk. Señores huachicoleros, capos del narco, periodistas fifís: ¡basta! Es hora de cantar loas al régimen.

Y es...

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