Paco Navarrete / Amargas medicinas
| Autor | Paco Navarrete |
Cuando el Dr. Carlos Lomelí aceptó el cargo de superdelegado en Jalisco del Gobierno federal, o sea de AMLO, quizá buscaba estar en el centro de la atención de los medios. Si era así, su deseo fue cumplido... pero no como él deseaba.
Para buscar la candidatura al Gobierno de Jalisco -cinco años y medio se van de volada-, no hay mejor posición que estar al frente de todas las inversiones federales en el Estado, sonriendo para las cámaras con los cheques gigantes como en premiación de sorteo, peeero... no hay nada peor que estar en el ojo del huracán, acusado de ser favorecido por las compras de medicamentos en varios Estados del País.
Lomelí ha hecho una buena fortuna abasteciendo medicinas a instituciones públicas, tanto en el Estado como en el resto del País.
Él dice que todo lo ha hecho por las buenas, ganando las licitaciones porque sus empresas son muy eficientes y sus costos muy bajos. Sus detractores dicen que no es cierto, que ahí hay mano negra.
Eso sí: su buena suerte viene de años atrás, con Gobiernos de diferentes siglas partidistas, así que no hay por qué achacarle el entuerto a los de Morena. Y aquí es donde la trama se complica.
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- El Presidente López Obrador anunció en marzo pasado que tres de las principales abastecedoras de medicamentos del Gobierno quedarán fuera de licitaciones futuras por "inmorales". Así dijo.
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- Entre ellas no estaba ninguna de las de Lomelí -tiene tantas que hasta a él se le olvida cuál es suya y cuál no. Por lo tanto, habrá que suponer que ninguna de las suyas es "inmoral".
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- Si creemos en su defensa, que todas las ventas de medicinas al Gobierno se han dado por concursos que él ha ganado -cosa rara porque si algo define al actual Gobierno federal es su preferencia por saltarse las reglas y otorgar contratos por adjudicación directa-, entonces hay un ligerito conflicto de intereses. Muy leve: él trabaja para el Gobierno y, por lo tanto, su labor puede interpretarse como de juez y parte.
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- En similar conflicto, hace poco que un compadre de López Obrador renunció a una venta millonaria al Gobierno, precisamente para evitar el sospechosismo. ¿Por qué entonces a Lomelí no se le exige lo mismo? ¿De qué privilegio goza? ¿De veras es un alma pura, libre de toda sospecha?
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- Si hacemos a un lado que a Lomelí lo investigó la justicia de Estados Unidos por lavado de dinero -y hay que hacerlo a un lado, pues no le encontraron nada chueco, pero no se puede dejar...
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