Paco Arango: Cine con mucho corazón

AutorSalvador Cisneros

Cuando se atraviesa una crisis existencial, la vida parece sólo una larga sucesión de días grises... hasta que llega una persona y lo cambia todo.

Eso fue lo que le pasó al director mexicano Paco Arango al conocer a Antonio, hace cinco años en la fundación Aladina, cuando este joven español batallaba contra un cáncer de médula.

Esa amistad inspiró tiempo después su ópera prima Cambio de Planes, que le valió la nominación como Mejor Director en la pasada edición de los premios Goya.

"Le pedí permiso a Antonio para escribir un guión usándolo como personaje. Lo conocí cuando llegó a hacerse un trasplante de médula y descubrí rápido que tenía una personalidad difícil, pero también muy magnética", explica Arango en entrevista telefónica desde Madrid.

Cuando se ganó la amistad de Antonio supo que su sueño era ser cantante de rap.

"Le dije que si él me hacía la letra de un rap para la fundación, yo haría la música", recuerda el cineasta, quien también fue cantante pop en los 90.

"Hicimos la canción 'Sonrisas que Hacen Magia', que aparece en una parte de la película cuando Antonio canta en el teatro, y desde entonces nos volvimos íntimos".

Esta cinta, que se estrena el 26 de octubre, es una mezcla de drama y comedia con la que Arango quiso rendir homenaje a Antonio y a los niños que padecen esta enfermedad.

"La película es un reflejo de haber descubierto que hasta en los lugares donde existe la mayor tristeza también es donde más he visto la alegría, el amor en estado puro y las ganas de vivir", señala.

Arango, sobrino del productor mexicano Manuel Arango, ganador de dos Óscares por Centinelas del Silencio (1971), asegura que supo desde joven que su gran pasión era el cine.

ÁLTER EGO

Cambio de Planes, que se llamó Maktub en España (donde fue estrenada el año pasado), también sirvió para contar un poco la historia de Arango mediante su álter ego Manolo, interpretado por el argentino Diego Peretti; Antonio es encarnado por Andoni Hernández.

"El personaje Manolo soy un poco yo", confiesa el cineasta de 50 años.

"Antes de arrancar la película era feliz por circunstancias: por la novia, el trabajo, por un logro, por unas vacaciones..., pero los niños me enseñaron a ser feliz por el mero hecho de ser feliz al darme cuenta del privilegio que es estar vivo".

En la película, Manolo sufre dos crisis, existencial y matrimonial, que lo tienen sumido en un estado de desencanto, pero conoce a...

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