Pablo Lemus / La reforma que no llegó

AutorPablo Lemus

Desde hace décadas México espera una reforma hacendaria que realmente transforme el esquema tributario y que a su vez se convierta en palanca de crecimiento económico, sin embargo la tan anhelada propuesta se quedó de nuevo en promesa inconclusa de un gobierno que inicia funciones y evita exponer su capital político para sacar adelante una reforma de gran calado.

Si bien, vale la pena ponderar que la propuesta que presentó el Presidente Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión contiene puntos positivos, tales como la eliminación de dos impuestos que secaron la economía nacional, como el IETU (Impuesto Empresarial a Tasa Única) y el IDE (Impuestos sobre Depósitos en Efectivo), y con su desaparición regresarán flujo a las empresas, además de ingresar en los bancos recursos monetarios que mexicanos mantenían bajo el colchón para evitar el pago de esta carga tributaria -por cierto ambos creados por el actual gobernador del Banco de México, Agustín Carstens. Y junto con la eliminación del régimen de consolidación, un esquema típicamente utilizado por los grandes corporativos para promediar utilidades y pérdidas en empresas subsidiarias para así evitar el pago de impuestos, parecen ser las principales bondades de la que ya se considera una simple miscelánea fiscal.

Las puntos negativos de la propuesta son mayores a los positivos, iniciemos por la falsa paradoja de que la negativa a cobrar IVA en medicinas y alimentos es un factor de protección hacia los más desprotegidos; la realidad es que ello beneficia principalmente a las clases pudientes, ya que es este sector quien consume alimentos y medicinas de alto costo, dejar exentos estos productos beneficia a los más ricos, que seguirán consumiendo por ejemplo caviar, salmón y antibióticos de última generación, sin pagar un centavo de impuesto. El Ejecutivo federal con esta decisión ha dejado enterrada la posibilidad de cobrar este impuesto cuando menos hasta 2016, debido a que luce prácticamente imposible que intente gravar estos productos en medio del proceso electoral del 2015, por el costo político que le acarrearía.

Intentar gravar con IVA colegiaturas, rentas e hipotecas luce como el gran error de la propuesta, quienes pagamos impuestos y tenemos a nuestros hijos estudiando en escuelas privadas tenemos una doble tributación, por un lado...

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