Plaza Pública / Venezuela no, Colombia menos

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El gobierno foxista y el Partido Acción Nacional convirtieron al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en su bestia negra. Lo utilizaron como espantajo para atemorizar a la amplia porción de la sociedad que el año pasado se disponía a votar por Andrés Manuel López Obrador, a quien sin ninguna base objetiva atribuyeron semejanzas con el mandatario venezolano. Como consecuencia, la relación diplomática con el gobierno de Caracas -empeorada de tanto en tanto por las intemperancias verbales de Fox y de Chávez- se halla en un punto de casi ruptura, sin embajadores acreditados. La animosidad panista contra la república bolivariana se ha extendido a otros sectores con motivo de la caducidad de la licencia para transmitir en televisión abierta de la emisora Radio Caracas TV, licencia que no fue renovada. Puesto que esa medida coincidió con el debate judicial sobre el refrendo de las concesiones de medios electrónicos en México, se reavivó en la porción conservadora de la sociedad el temor causado por el populismo de Chávez, cuyo estilo personal de gobernar, basado en un coloquialismo bravucón, estorba el análisis de las acciones de fondo de su gobierno que, a diferencia del foxista, ha sacado provecho a la excepcional situación del mercado petrolero, que ha dejado amplios márgenes de ganancias a los exportadores de crudo.

Por ahora con menos énfasis, pero con objetivo claro, y al modo del de Washington, el gobierno de Felipe Calderón subraya sus afinidades con Colombia, cuyo Presidente, Álvaro Uribe, ha sido el único gobernante de derecha que triunfó en elecciones en Sudamérica. No obstante que procedió a semejanza de Chávez, impulsando una reforma constitucional que lo beneficiara directamente para ser reelegido, Uribe no es presentado en la sociedad mexicana como un vulgar ambicioso de poder sino como un sensato jefe de Estado que requiere dilatar la duración de su gobierno para consumar sus políticas. El apoyo otorgado a Chávez y a Uribe por los votantes que los han dejado en el poder más tiempo del inicialmente ganado es medido con dos varas desde la perspectiva gubernamental mexicana y los medios de difusión que reproducen sus visiones: a Chávez lo sostiene el populacho engañado y manipulado, mientras que los colombianos que dieron a Uribe un segundo periodo son ciudadanos con sólido criterio que saben lo que quieren, semejantes a los que en nuestro país evitaron la concreción del peligro que se cernía sobre México.

Dada la afinidad entre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR