Plaza Pública / Dos millones de horas de ruido electoral

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La discusión entre el Instituto Federal Electoral y los partidos políticos, con motivo de la fiscalización de los recursos gastados en las campañas del año pasado, debate centrado en torno de 2 millones de horas de ruido electoral, las transmitidas de enero a junio de 2006 dizque para promover a candidatos y partidos, ha hecho patente como nunca la necesidad de prohibir la propaganda política pagada en radio y televisión.

Además del dispendio, enorme y ofensivo que ese gasto significa, el liberal financiamiento que los contribuyentes hacen posible, y la presunción legal de que los partidos no son tan respetuosos y responsables que se pueda confiar en sus informes, sino que deben practicarse revisiones para verificar sus dichos y sus cifras, han conducido a un amontonamiento de complicaciones que se revela en lo que, conforme a una fórmula facilona y utilizada hasta el cansancio ya se llama el spotgate.

Los partidos están obligados a dar cuenta de sus gastos de campaña y a comprobar documentalmente el uso de cada peso. El año pasado los ocho partidos en contienda recibieron un total de 3 mil 416 millones 850 mil 806 pesos. Alrededor de dos tercios de esa cifra, es decir más de 2 mil millones de pesos, fueron canalizados a la radio y la televisión, y se expresaron en la peor forma de la comunicación política, los spots, destellos propagandísticos que hacen de los protagonistas de la política productos cuyo consumo puede ser estimulado por la insistencia mediática. Fue más intensa la concentración del gasto en radio y televisión en las campañas presidenciales, ya que en ellas llegó a tres cuartas partes, al 75 por ciento.

Para que en el proceso electoral de 2006 los partidos no abusaran de sus partidas oficiales en esa materia, ni introdujeran a ella recursos procedentes de otras fuentes más allá de los montos y orígenes permitidos por la ley, la autoridad electoral acudió a dos expedientes de verificación, cuya utilidad está en juego ahora.

Por un lado, suscribió con Televisa, en octubre de 2005, un convenio de colaboración por el cual el consorcio se comprometió -voluntariamente, ya que el IFE no puede imponerle conducta alguna- a presentar copia de los contratos de servicios pactados con los partidos, así como de las facturas y notas de crédito o cargo; e informes con fecha, hora y duración de los promocionales contratados, así como el valor unitario de cada uno de ellos, conforme a las tarifas registradas ante el órgano electoral y...

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