Plaza Pública / Desechos peligrosos en Zimapán

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Tras reunirse a las cinco de la mañana en la plaza de la República (Monumento a la Revolución) y hacer una escala a las nueve ante la embajada española, una caravana de vecinos de Zimapán, Hidalgo, y personas solidarias con su causa llegarán a Los Pinos para hacer conocer el grave problema que, según su información, se abatirá sobre su ciudad y una vasta región que abarca municipios de Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, debido al confinamiento de desechos tóxicos y peligrosos que se construye en las inmediaciones de aquel enclave minero.

Se comprende que los zimapanenses sean sensibles a los problemas de contaminación como los que puede generar ese establecimiento. Durante décadas han sufrido el envenenamiento del agua por el arsénico que penetra en los mantos freáticos procedente de desaprensivas operaciones mineras. En noviembre de 2002 vieron cómo la población piscícola de la presa que lleva el nombre de Fernando Hiriart Valderrama murió masivamente a causa de la afluencia de tóxicos transportados por las corrientes que la alimentan.

Ahora están alarmados por el pronto comienzo de las operaciones de este confinamiento, propiedad de Sistemas de Desarrollo Sustentable, filial de la empresa española Befesa, que es a su vez parte del gigantesco grupo Abengoa, cuyas operaciones en diversos campos industriales crecen en México como expresión de la reconquista emprendida con éxito por bancos y otros negocios hispanos. Las operaciones de ese gigante dedicado a la energía, la tecnología de la información, la construcción y las actividades medioambientales, son altamente rentables. Sólo Befesa ganó el año pasado 24 millones de euros, un 46 por ciento más que en 2005. Una de las causas de su alta rentabilidad consiste en que opera en países ávidos de inversiones y con escasa densidad institucional, como los de Europa del este que se han incorporado a la Unión Europea. En México las actividades de Abengoa van camino a ser autosustentables, si no lo son ya: su empresa constructora obtuvo, por ejemplo en 2004 dos contratos con la Comisión Federal de Electricidad, por 91 millones de pesos, y Befesa invierte 60 en la "planta de estabilización e inertización" de residuos industriales, como eufemísticamente se llama a este basurero tóxico.

Quién sabe si engañando al ayuntamiento, o éste ocultando información a los zimapanenses, Befesa consiguió autorización en 2004 para una planta recicladora de basura. En junio pasado, sin embargo, vino a saberse de...

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