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'Pásele, vea mi empresa, ninguna máquina sirve'

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AutorMayolo López

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VILLAHERMOSA.- Un fuerte tufo a descomposición golpea el rostro del Presidente Felipe Calderón en su sexta visita a Tabasco y su primera incursión franca en la zona de desastre.

La Colonia Del Centro bulle. El calor del trópico asfixia a todos en el recorrido. El hormigueo de marinos y soldados con máquinas fumigadoras irrumpe en todos los rincones, tapizados con el blanco del encalado. Un aroma fétido impregna el ambiente.

Con tapabocas blanco, el Presidente se topa de frente con una mujer afligida y otro golpe lo detiene: "Señor, esto no fue del cielo. Somos gente que está acostumbrada a la cultura del agua..."

-¿De qué fue? -arriesga el Mandatario.

-De las presas...

Calderón prosigue su recorrido. Días atrás había jurado que la calamidad asomó a Tabasco por el cambio climático.

El Mandatario irrumpe allí en medio de un rígido dispositivo de seguridad implementado por el Estado Mayor Presidencial (EMP), inusualmente severo. A tal grado que el Gobernador, Andrés Granier, sale raspado.

"A mí nadie me va a empujar. ¡Yo represento al pueblo de Tabasco! ¡Están empujando a la gente. A mí, que me empujen: no me importa. Pero que no me empujen a la gente. Por eso aquí me quedo...", protesta el Gobernador.

El Estado Mayor Presidencial le había cerrado el paso. "El Químico" está indignado.

"Hay gente que no sabe todo lo que está sufriendo el pueblo, (como) para que vengan a avasallarlo", masculla, impotente.

Las calles de la Colonia Del Centro parecen un escenario de guerra. Un reguero de enseres cubre las aceras... todo cubierto por el lodazal pestilente.

La faena de los marinos es interminable. Y allí se sumerge el Presidente, blindado por la férrea custodia del Estado Mayor Presidencial.

Atrás de Calderón, muy cerca, los Secretarios de Desarrollo Social, Gobernación, Salud, Defensa y Marina. En las esquinas se alzan las voces de la angustia y de la...

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