PLAZA PÚBLICA / Valdemar Gutiérrez Fragoso

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Como si aún estuviera vigente el voto corporativo, el de los integrantes de un sindicato en conjunto, tres partidos han ofrecido al médico Valdemar Gutiérrez Fragoso una candidatura a diputado. Lo hizo primero el PRD, lo siguió el PRI y el PAN ha conseguido finalmente ficharlo (en el sentido en que se emplea esa palabra en el negocio del futbol).

Gutiérrez Fragoso es secretario general del sindicato de trabajadores del Seguro Social, la poderosa agrupación que es contraparte laboral del Instituto Mexicano del Seguro Social. Fue elegido en octubre de 2006 para un periodo de cuatro años, en un agitado congreso realizado en Morelia. La sola forma de su elevación al cargo debería hacer dudar a sus invitantes de que sea posible, al incluirlo en su planilla de aspirantes a una curul, contar con los votos de sus representados, y menos aún con su participación en tareas de organización electoral.

El sindicato del IMSS, fundado hace 66 años, era prototípico del corporativismo priista. Contaba con una "posición" en el Congreso, es decir, era automática la conversión de su secretario general en diputado o senador. Los dirigentes de ese gremio tenían un papel preponderante en el sector popular del PRI, y podían hacer una larga carrera política. Quien mejor encarnó esa posibilidad fue el doctor Renaldo Guzmán Orozco, quien fue dos veces diputado y senador por su Jalisco natal, y subsecretario de Salubridad. Ocupó también la secretaría general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, la CNOP.

Pero la granítica unidad del sindicalismo oficialista empezó a romperse en varios frentes en los años ochenta y noventa. En el sindicato del Seguro Social, si bien prevalece una corriente principal, brotaron expresiones de inconformidad con el régimen interior que forzaron a una creciente pluralidad en la configuración de los órganos directivos. Tal fenómeno se hizo evidente en el periodo en que fue líder el doctor Miguel Ángel Sáenz Garza, que no obstante ser diputado priista hizo que su gremio cobrara distancia de su partido al final del gobierno de Carlos Salinas. Su sucesor, Antonio Rosado, tomó en 1997 la trascendental decisión de incorporar el sindicato a la Unión Nacional de Trabajadores que al paso del tiempo se ha convertido en el segmento más activo del declinante movimiento laboral en México.

Aunque sus líderes siguieron cercanos al PRI, la disidencia interior ha crecido al punto de que no fue posible que Roberto Vega Galina, el...

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