PLAZA PÚBLICA / Jorge A. Fernández Souza

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Esta columna fue preparada antes de que se enviaran las ternas ayer. Sin embargo, mantiene su vigencia.

La Presidencia de la República ha incurrido ya en mora al no enviar las ternas para que el Senado escoja a quienes ocupen las sillas dejadas vacantes dentro de 10 días por los ministros de la Suprema Corte de Justicia Mariano Azuela Güitrón y Genaro David Góngora Pimentel, que llegan al término de su periodo. Es deseable que la tardanza en la presentación de las candidaturas judiciales obedezca a una cuidadosa reflexión para integrar las ternas con las personas más calificadas, y no a que se efectúen negociaciones que impliquen la satisfacción de intereses particulares y no la idoneidad de quienes durante los próximos 15 años formarán parte del máximo tribunal del país.

Desde octubre pasado decenas de organizaciones civiles de la más variada dedicación (puesto que la impartición de justicia concierne a todos los habitantes de esta República) y centenares de ciudadanos a título individual propusieron al presidente Felipe Calderón una suerte de precandidatura ciudadana, a fin de que sea una de las seis personas cuyos nombres y biografías conozca el Senado de la República. No deja de haber una especie de sana ingenuidad en la actitud de los proponentes, a ninguno de los cuales escapa que un proceso de integración de la Corte, es decir, del principal órgano de uno de los poderes de la Federación, está sujeto a intereses creados y regido por reglas que mantienen la decisión respectiva en el cerrado ámbito de las cúpulas partidarias. Pero precisamente por saberlo, su propuesta supone la de airear los procedimientos para designaciones tan trascendentes, comenzando por hacer pública una candidatura, que por ello no se impregna del mal tufo de las que se cocinan en las antesalas palaciegas y en los gabinetes senatoriales.

Las organizaciones y personas aludidas propusieron además de la ventilación del procedimiento, más allá de lo que dispone la ley, la precandidatura de Jorge Abraham Fernández Souza, un abogado con fecunda trayectoria en distintos ámbitos, incluido el de la impartición de justicia. Parecería una perogrullada hacer esa afirmación, pero se han dado no pocos casos, aun en la actual época de la Corte, que lleguen a ser miembros de la misma personas versadas en derecho pero absolutamente ajenas a la administración judicial.

Fernández Souza es actualmente magistrado del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal. Fue...

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