PLAZA PÚBLICA / Extinción de dominio... y de legislatura

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El presidente de la República envió al Congreso, el 18 de septiembre pasado, una iniciativa de ley de extinción de dominio, un nuevo instrumento para el combate a la delincuencia organizada. Mal recibida por la bancada priista en el Senado, apenas fue aprobada el jueves pasado, seis meses y medio después. Por el receso de la Semana Santa, en el mejor de los casos correrá la misma suerte en la Cámara de Diputados en la semana de pascua, cuando la LX Legislatura esté a un paso de concluir su mandato constitucional. Si bien los diputados dejarán de serlo al final de agosto próximo, el que termina el 30 de abril es el último periodo de sesiones ordinarias en que participarán. En año de elecciones es difícil que se convoque a sesiones extraordinarias.

La extinción de dominio se convirtió en una pieza legislativa de difícil abordamiento, lo que a su vez dio lugar a un conflicto político. Germán Martínez, el líder nacional panista que escogió un tono áspero como eje de la campaña electoral de su partido (campaña que formalmente todavía no comienza pero ya enseñó sus alcances), acusó reiteradamente al PRI de entorpecer la emisión de la ley y llegó al extremo de incluir esa demora en una actitud general que dejaba al antaño partido oficial del lado del narcotráfico, en el falso dilema de estar con Calderón o con la delincuencia organizada.

La acusación panista disimuló el hecho de que la tardanza en estudiar y dictaminar la iniciativa de marras era, en rigor formal, atribuible al propio Partido Acción Nacional. La presidencia de la Comisión de Justicia en el Senado ha sido desde la LVI Legislatura, elegida en 1994, patrimonio del panismo, es decir, sus presidentes han pertenecido a la bancada blanquiazul. Ahora mismo encabeza dicha comisión Alejandro González Alcocer, que desde esa posición pudo haber acelerado el proceso respectivo y no lo hizo. Por fin, en marzo se emitió el dictamen correspondiente cuya presentación al pleno se demoró por una aparente confusión en que incurrió el propio González Alcocer, en lo que iba evidenciándose como una táctica dilatoria del PAN cuya factura se trasladaba al PRI, como si fuera el causante de la lentitud. La táctica llegó a su culminación el jueves pasado, cuando el presidente de la Mesa Directiva, Gustavo E. Madero, pretendió aplazar el abordamiento del dictamen. La tensión que han generado las reiteradas acusaciones de Germán Martínez y las desorganizadas respuestas que le han dado diversos voceros priistas...

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