PLAZA PÚBLICA / Lozano contra Gómez Urrutia

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Mañana, "31 de mayo vence, oficialmente, el término del señor Gómez Urrutia como secretario general", afirma el secretario del Trabajo, Javier Lozano, respecto del líder del sindicato minero. En espera de esa fecha la dependencia a su cargo ha demorado la toma de nota que le fue solicitada, después de que la XXXV convención nacional minera, celebrada al principio de este mes, confirmara su mandato al dirigente que, según el decir de Lozano mismo, se encuentra fuera del país en calidad de prófugo de la justicia.

Más claramente que nunca, el secretario Lozano continúa la actitud de su medio tocayo y antecesor, Francisco Javier Salazar, frente a Napoleón Gómez Urrutia. El potosino que después de un breve paso por el comité nacional panista quiere ser candidato al gobierno de su estado natal consiguió en febrero de 2006 deponer al secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana y sustituirlo, en clara connivencia con el Grupo México, por una figura de paja, Elías Morales. Pero la justicia federal amparó a Gómez Urrutia en abril de 2007 y no quedó a Lozano, sustituto de Salazar, más remedio que acatar la resolución judicial que dejó a Morales donde siempre debió estar y restauró la condición de líder a quien encabeza el sindicato a distancia, pues en efecto están vigentes dos órdenes de aprehensión en su contra. Pero eso no significó que el gobierno panista cancelara su propósito de echar del sindicato minero a Gómez Urrutia. Con acciones más eficaces que las de su predecesor, Lozano ha esperado a que mañana Gómez Urrutia quede en precariedad jurídica laboral, concluido el término para el que fue elegido y sin toma de nota de su nueva situación.

En la estrategia para lograr ese objetivo la guerra de información tiene un lugar eminente. La practica el propio Lozano y lo hace también su vocero. A últimas fechas se han hecho auxiliar de un litigante que asegura representar a 6 mil trabajadores reclamantes de la porción que presuntamente les corresponde de unos traídos y llevados 55 millones de dólares. Se trata de Agustín Acosta Azcón, que tuvo una breve incursión en la administración calderonista y ha vuelto a su despacho de abogado. Apenas comenzó Agustín Carstens a despachar en la Secretaría de Hacienda designó a su tocayo Acosta (hijo a su vez de otro Agustín, Acosta Lagunes, que fue gobernador de Veracruz por capricho de José López Portillo) como jefe de la muy importante...

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