PLAZA PÚBLICA / Haz y envés de la huelga legislativa

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Tras 16 días-calendario, que comprendieron cuatro sesiones ordinarias en cada una de las Cámaras, fue suspendida la huelga legislativa de los partidos del Frente Amplio Progresista, que comenzó con la toma de las tribunas en ambos recintos. O sea que las sesiones postreras de este periodo, que concluye el miércoles próximo se efectuarán en los salones donde suelen reunirse las asambleas plenarias, no en los recintos alternos donde lo hicieron en las dos semanas pasadas.

Más allá de la genuina preocupación que la actitud de los legisladores del FAP suscitó en probadas conciencias democráticas (no las que de última hora se afilian a una posición políticamente correcta) y sobre todo más allá del alboroto mediático cuyo ruido convirtió más que nunca la información en propaganda, conviene examinar los resultados de la huelga legislativa practicada por legisladores que son la segunda fuerza en la Cámara y la tercera en el Senado. Desde su mirador, una combinación de acciones y omisiones rindió varios frutos, que hacen bien en ponderar positivamente. Pero también harán bien en admitir que generó efectos contrarios. La conclusión de ese balance, en mi opinión, es que abandonar la discusión legislativa, allanando el terreno a las fracciones antagónicas no necesariamente es el instrumento que fuerzas del tamaño descrito pueden utilizar.

El Frente Amplio Progresista asumió su triunfo en un comunicado en donde, contrariando el unilateralismo atribuido a Andrés Manuel López Obrador, asegura que la realización de un "gran debate nacional" (cuyos pormenores habían sido anunciados poco antes, el viernes) es una victoria debida "a la unidad del Frente Amplio Progresista y de la unidad del FAP con el Movimiento nacional en defensa del petróleo, y así seguiremos". En su balance, el Frente enumera tres logros, que inequívocamente le corresponden: "frenar el madruguete legislativo de Felipe Calderón... que se aceptara nuestra propuesta de debate nacional... (y) que la sociedad esté más alerta y vigilante sobre las intenciones del gobierno de entregar el petróleo a empresas extranjeras". El primer logro significó, en su perspectiva, impedir "que se aprobaran aceleradamente las iniciativas que además de privatizar la industria petrolera, son violatorias de nuestra Constitución".

Ese triunfo no se consiguió sin costos. La toma de la tribuna, la interrupción de las sesiones en su lugar propio fueron exhibidas como una conducta violenta e incivil que la mayor parte...

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