PLAZA PÚBLICA / De la conciliación a la pendencia

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

En la ley laboral, en la retórica priista y a veces hasta en la práctica de los gobiernos de esa filiación, la Secretaría del Trabajo tenía como misión central la de conciliar a los factores de la producción. Formalmente era un tercero en las disputas del capital y el trabajo y hasta se le reconocía la función de tutelar los intereses de los asalariados, lo que hacía ocasionalmente, sobre todo cuando estaban integrados al sindicalismo corporativo. De un tiempo a esta parte las cosas son distintas: la inclinación de la autoridad laboral a los intereses patronales se ha convertido de más en más en abierto contubernio que en la actualidad se muestra con ánimo pendenciero.

Anteayer, una manifestación del Sindicato Minero a la que se sumaron dirigentes y miembros de la Unión Nacional de Trabajadores fue recibida en el domicilio de aquella dependencia con una manta cuidadosamente pintada y montada en una estructura metálica. Su contenido era una provocación a los manifestantes, afiliados al gremio encabezado por Napoleón Gómez Urrutia: "En esta secretaría no se tramitan asuntos penales".

La obviedad de la frase mal escondía la deliberada coincidencia entre los argumentos del Grupo México y el secretario Lozano, según los cuales huelgas como las vigentes en establecimientos mineros de ese consorcio (en Cananea, Sombrerete y Taxco) son argucias y maniobras extralaborales, dañinas a la industria, para forzar que se anulen las órdenes de aprehensión contra el dirigente sindical que, para eludirlas, hace más de un año que se refugió en Vancouver, al cobijo del gremialismo canadiense e internacional. A diferencia de esos alegatos, la justicia federal ha reconocido que la suspensión de labores en el gran yacimiento de cobre de Sonora tiene tal legalidad que la empresa no puede despedir a quienes rehúsan volver al trabajo.

En vez de contribuir a que el sindicato y la empresa diriman sus diferencias, que tienen manifiesto perfil laboral porque se alegan violaciones al contrato colectivo, y la adopción de medidas concernientes a la seguridad e higiene, Lozano adoptó el afán antisindicalista que condujo a su antecesor, Francisco Javier Salazar, a intentar la caída de Gómez Urrutia. La tirria del secretario al dirigente minero y su sindicato se ha comunicado hacia abajo en la estructura administrativa y llevado a su jefe de prensa a extremos que serían risibles por ridículos si no entrañaran concepciones políticas y legales de corte autoritario. Héctor...

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