Organizan en NL apuestas ilegales
| Autor | Osvaldo Robles y Verónica Ayala |
Corresponsales
MONTERREY.- De día parecen oficinas, restaurantes y casas, como otras tantas, pero por la noche se convierten en centros ilegales de apuestas, donde cientos de miles de pesos se ponen en juego.
Una investigación encubierta de REFORMA detectó que, apostándole a la impunidad, al menos dos casinos clandestinos y un bar en el municipio de San Pedro organizan apuestas con premios de hasta 400 mil pesos en partidas y torneos de cartas, como el poker, holdem y black jack.
Al no contar con un permiso de la Secretaría de Gobernación, estos lugares violarían la Ley Federal de Juegos y Sorteos.
Esto se debe a que en su artículo 4, que data desde 1947, la legislación señala que no podrá establecerse ni funcionar ninguna casa, o lugar abierto o cerrado, en que se practiquen juegos con apuestas ni sorteos de ninguna clase.
Pero la realidad es que la ley parece no aplicar en San Pedro, donde sólo hay un lugar con autorización para manejar apuestas.
Los demás centros operan en la clandestinidad, recurriendo a la promoción que se hace de viva voz y a la distribución de tarjetas, que hasta indican cómo llegar a los lugares.
No obstante, el acceso a la clandestinidad no es fácil, ya que en la mayoría de los casos se requieren referencias precisas, recomendaciones personales de otros jugadores y hasta claves para finalmente ingresar.
Uno de estas casas de apuesta se encuentra camuflajeada por un edificio ubicado en Río San Lorenzo 440 A, en la Colonia Del Valle, que aparenta ser la oficina de una empresa con la leyenda Fortec.
Cada lunes, miércoles, jueves y viernes el inmueble se transforma en el River Club, una casa de apuestas con venta de bebidas alcohólicas.
Aunque la entrada permanece abierta, al ingresar al lobby una pesada puerta de metal cerrada por un mecanismo remoto impide el acceso y un pequeño letrero advierte que el lugar es un club privado de acceso exclusivo para socios.
Haciéndose pasar por jugadores, dos reporteros lograron ingresar después de que uno de los socios entró mencionando el nombre de un torneo a través de un intercomunicador.
Ya adentro, una persona recibe a los clientes y, antes de ingresar, deben responder a un interrogatorio acerca de cómo se enteraron de la existencia del lugar y quién los recomendó.
Otra caso es el que se vive cada jueves a la medianoche en una casa de la calle Florencia 106, en la Colonia Residencial Chipinque.
La casa se convierte en el casino clandestino "Carlos & Karla´s Poker House"...
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