EL INFORME OPPENHEIMER / Obama, Clinton y el libre comercio

AutorAndrés Oppenheimer

Sólo les llevaría unos minutos darse cuenta de cuán equivocados están.

Únicamente tendrían que salir de sus hoteles y mirar el tráfico de las calles para ver los Jeep Cherokee, Ford Explorer y Chevrolet de fabricación estadounidense que se ven cada vez más en Chile desde el primero de enero del 2004, fecha en que entró en vigor el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Chile.

"Hoy día, todo empresario que se precie en este país le compra a su mujer un Jeep Cherokee (importado de Estados Unidos)", me dijo medio en serio, medio en broma, el ex Presidente Ricardo Lagos, quien negoció el acuerdo de libre comercio. "Tú ves autos americanos que antes no se veían".

Uno jamás se imaginaría algo así después de escuchar a Clinton y Obama.

Durante las últimas semanas, especialmente desde las elecciones primarias demócratas en el estado de Ohio, cuya situación económica es tensa, ambos han intensificado sus críticas a los tratados de libre comercio.

El sitio web oficial de Obama afirma que permanecerá firme en contra de los tratados de libre comercio "que socavan nuestra seguridad económica", y que procurará "corregir" el tratado de libre comercio con México de 1994.

Clinton, que votó el tratado con Chile, pero luego lo criticó, dice en su página de internet que revisará el TLCAN, y que se tomará un tiempo antes de negociar nuevos tratados de comercio hasta tanto elabore una política comercial "protrabajadores" y "proestadounidense".

Pero desde la perspectiva de esta parte del mundo, todo esto es populismo barato.

El TLCAN, el tratado de libre comercio con Centroamérica y el acuerdo con Chile, aunque han perjudicado a algunas industrias, han sido en general acuerdos altamente exitosos para todos los países involucrados.

Las exportaciones estadounidenses a México se han incrementado 228 por ciento desde la aprobación del TLCAN, ofreciendo nuevas oportunidades para docenas de industrias estadounidenses.

Las exportaciones de México han aumentado en 428 por ciento, gracias a suministros de partes que han permitido que las industrias estadounidenses sean más competitivas en el resto del mundo, así como productos terminados que han ayudado a bajar los precios para los consumidores estadounidenses.

Tal vez lo más importante es que, de no ser por el TLCAN y el acuerdo de libre comercio de Estados Unidos con Centroamérica, los vecinos más próximos de Estados Unidos habrían estado mucho más cerca de crisis económicas y de turbulencias políticas que...

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