El Informe Oppenheimer / Los grandes innovadores de Latinoamérica

AutorAndrés Oppenheimer

Quienes creen que el rezago latinoamericano en ciencia, tecnología e innovación es un fenómeno irreversible a corto plazo -tal como podría desprenderse de las últimas estadísticas internacionales de patentes de nuevas invenciones- tendrían que conocer a Luis Von Ahn.

Von Ahn, un científico y emprendedor guatemalteco de 34 años, es un innovador de talla mundial que ha vendido sus inventos a Google.

Entre otras cosas, inventó esas fastidiosas cajitas con letras distorsionadas que aparecen en la pantalla de la computadora cuando uno compra entradas para un concierto o accede a sitios web que quieren asegurarse de que uno es una persona, y no una máquina. El sistema de autenticación, conocido como CAPTCHA, es usado diariamente por alrededor de 180 millones de personas en todo el mundo.

Pero ese fue apenas su primer invento, cuando tenía 22 años. Tres años más tarde, tras obtener su doctorado en ciencias de la computación en la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburgh, Von Ahn y uno de los estudiantes de esa universidad desarrollaron RE-CAPTCHA, una versión mejorada de la prueba de autenticación. Von Ahn y su socio se la vendieron a Google por una suma de dinero no revelada que Von Ahn, citando cláusulas de confidencialidad, sólo dice fue de "entre $1 y $10 millones".

La semana pasada conversé extensamente con Von Ahn acerca de su carrera, su último proyecto -un sistema de aprendizaje de idiomas gratuito llamado Duolingo- y sobre lo que deben hacer los países latinoamericanos para producir más científicos de nivel mundial.

Según datos revelados hace pocos días por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), una agencia afiliada a la ONU, los países latinoamericanos están entre los que producen menos patentes internacionales.

Mientras el año pasado Estados Unidos solicitó a la OMPI 57,200 patentes internacionales, Japón 43,600, China 21,500, Corea del Sur 12,300 e Israel 1,600, todos los países latinoamericanos y caribeños sumados solicitaron alrededor de 1,200. Es decir, Corea del Sur sola produjo 10 veces más patentes internacionales que todos los países de Latinoamérica y el Caribe juntos.

Von Ahn me contó que se fue de Guatemala a los 17 años para estudiar en Duke University, porque en ese momento no había en su país universidades con buenas carreras en matemática. Aclaró que no ocurre lo mismo en otros países latinoamericanos más grandes, donde desde hace tiempo hay buenas instituciones científicas y un creciente interés...

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