El Informe Oppenheimer / El azúcar puede amargar el progreso

AutorAndrés Oppenheimer

Las grandes compañías azucareras -como Flo-Sun, de la influyente familia Fanjul en la Florida- se han convertido en el principal obstáculo para que el Congreso de Estados Unidos apruebe el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA), según dicen altos funcionarios de Estados Unidos. El voto sobre el CAFTA podría darse tan pronto como el mes próximo.

Según el Centro para la Política Responsable, un grupo de investigación en Washington, DC, la industria azucarera contribuyó con 3.2 millones de dólares a los candidatos al Congreso y los partidos políticos en las elecciones del 2004. Aunque el azúcar representa tan sólo el uno por ciento del ingreso y un 0.5 por ciento del empleo agrícola en Estados Unidos, tres de los 10 mayores contribuyentes políticos de la industria agrícola son empresas azucareras.

Las contribuciones políticas han hecho maravillas para la industria del azúcar: en las últimas décadas, el Congreso de Estados Unidos ha reducido en un 75 por ciento las importaciones de azúcar. Por ejemplo, en las últimas dos décadas Estados Unidos redujo su cuota de importación de azúcar de Colombia de 61 mil toneladas a 25 mil toneladas, la de Perú de 104 mil toneladas a 43 mil, la de Argentina de 109 mil toneladas a 45 mil, y la de México de 15 mil toneladas a 7 mil, según cifras del Banco Mundial.

Como resultado, actualmente Estados Unidos sólo importa el 10 por ciento del azúcar que consume y los consumidores estadounidenses están pagando casi el doble de los precios mundiales del azúcar.

"Básicamente, un pequeño grupo de granjeros controla el programa de azúcar de Estados Unidos a su beneficio, en detrimento de los consumidores de Estados Unidos y en detrimento de otros países", me dijo esta semana Donald Mitchell, uno de los principales economistas del Banco Mundial. "Y algunos de los países perjudicados son los más pobres de América Latina".

En años recientes, la industria azucarera de Estados Unidos -que según algunos estimados emplea apenas 6 mil personas- ha logrado que el Gobierno deje el azúcar fuera de los tratados de libre comercio. Pero ahora, la industria azucarera está poniendo el grito en el cielo, porque el CAFTA incluye un aumento del 1.2 por ciento en las importaciones de azúcar, cerca de una cucharada y media por consumidor por semana.

El Gobierno del Presidente Bush está perdiendo la paciencia. La semana pasada, Robert Zoellick, el número dos en el Departamento de...

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