Oponen pericia a impunidad

AutorAlberto Armendáriz

RÍO DE JANEIRO.- Iniciaron buscando a las víctimas de la dictadura argentina, ahora el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) trabaja en el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala.

"No importa el país que sea, para los familiares de una persona desaparecida, la angustia de no saber dónde está su ser querido es la misma. Por ellos hacemos nuestro trabajo", así definió su motivación Luis Fondebrider, presidente del EAAF.

Conformado por 60 especialistas en patología forense, arqueología, geofísica, balística, odontología, radiología y computación, el EAAF se creó en 1984, con el regreso de la democracia a la Argentina.

Iniciaron bajo la dirección del antropólogo forense Clyde Snow, recién llegado a Argentina para investigar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar (1976-1983).

"En ese año la justicia argentina ordenó realizar exhumaciones en todos los cementerios del país donde había sepulturas (clandestinas).

"Esos trabajos quedaron en manos del cuerpo forense oficial pero eso presentaba dos problemas: por un lado, los familiares de los desaparecidos no confiaban en ellos porque habían sido parte del sistema de represión y, por otro, no estaban capacitados para analizar esqueletos y realizar las exhumaciones correctamente. Fue así que nació el EAAF, como una alternativa independiente a las investigaciones", recordó Fondebrider.

El EAAF, que tiene oficinas en Argentina, Estados Unidos, Sudáfrica y México, ha actuado ya en 50 países, como Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Angola, Kenia, Zimbabwe, Irak, Indonesia, Filipinas, Bosnia, Chipre y España.

Mantiene un perfil bajo, independiente de los gobiernos, siempre es llamado por familiares de víctimas y sus integrantes se incorporan a las investigaciones como peritos de las autoridades judiciales para dar su opinión técnica.

Se financian con donaciones de fundaciones privadas de Estados Unidos y Europa, además de aportes del Gobierno argentino, desde 2004.

"La primera vez que trabajamos en México fue en 2001, cuando la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió un protocolo para la investigación de muertes complejas en México. En 2004 comenzamos a tratar los casos de las desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua", explicó.

Dos años después empezaron a trabajar también en un proyecto grande en la frontera entre México y Estados Unidos, para investigar las muertes de...

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