Yo Opino / Confiar y avanzar

No se si tienen mala memoria o si lo hacen de mala fe, pero cuando algunos comentaristas comparan elecciones como las federales de 1988 o algunas estatales de los años 80 y principio de los 90, con las que acabamos de vivir, se les olvida que aquellas eran manejadas y manipuladas por el PRI, a través de la Secretaría de Gobernación, y por tanto su legalidad y transparencia eran muy cuestionables, y las hacían legales pues eran dueños de la ley, pero eran muy ilegítimas.

Todavía cuando Ernesto Zedillo fue electo en 1994, hubo cosas que hicieron que él mismo admitiera que aunque las elecciones habían sido limpias, habían sido inequitativas, pues era obvia la injerencia del gobierno en las campañas de los candidatos del PRI, y entre eso y el hecho de que en julio de 1994 la popularidad de Carlos Salinas estaba en lo más alto, hicieron que el PRI ganara una vez más, aunque por un margen reducido, pues Diego Fernández de Cevallos inició con una campaña muy efectiva, aunque luego se perdió y la perdió.

Pero a partir de 1996, cuando el IFE pasó a ser manejado por ciudadanos independientes y José Woldenberg y los demás consejeros demostraron su probidad y rectitud, empezamos a tener elecciones mucho más limpias y creíbles, en las que el que recibe más votos es declarado ganador y salvo uno que otro incrédulo, la mayoría de los mexicanos aceptamos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR