Opinión Invitada/ ¡Ah, la miseria!

La Bohemia que vimos la noche del viernes reveló con intensidad las intenciones dramáticas del autor, Giacomo Puccini, gracias al atractivo trabajo en conjunto de un elenco comprometido y profesional.

El concepto teatral de Francisco Franco puso de relieve la miseria y desolación omnipresentes en la poética partitura, rescatando todos los matices de tristeza y esperanza en su trazo escénico. Franco concedió una dirección tradicional, pero cuidó los detalles eficazmente: el acto dos estuvo bien logrado con una participación coral emotiva irradiando una felicidad inhabitual, a pesar de una iluminación inadecuada.

El acto final fue muy conmovedor, las ideas del director escénico debutante se combinaron acertadamente con la supremacía musical de Puccini, inolvidable.

Leonardo Villeda inició la obra con inseguridad y cierto nerviosismo, detalle evidente en "che gelida manina", sin embargo fue de menos a más, consiguiendo un alto desempeño en los dos actos finales, especialmente en "Mimí e una civetta".

Su comprensión caracterológica resultó admirable, así como su temperamento ideal para el rol.

El jovial pintor Marcello encontró en Jesús Suaste una persuasiva identificación. Vocalmente, el barítono expresó libertad en su registro, fraseo impecable y un timbre de gran personalidad.

La Mimí de Eugenia Garza se orientó hacia la melancolía en pocas veces asomó en su semblante la esperanza y emoción que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR