Opinión Invitada / Víctor Chora: Se acabó el sexenio

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Si Juan Gabriel hubiera muerto dos días antes en lugar de ese domingo, es probable que Trump no hubiera recibido la invitación para venir a México y que Videgaray siguiera como Secretario de Hacienda.

La noticia y las posteriores exequias en honor al ídolo habrían bastado para diluir el escándalo de la tesis y los señalamientos de plagio. Pero eso sólo puede suceder en un universo imaginario. El mundo real es otro.

A finales de 2012, cuando la inseguridad era el tema que acaparaba los espacios en los medios de comunicación, uno de los argumentos que permeaba en la población y que ayudó a llevar a Enrique Peña Nieto a la Presidencia era que su partido "sí sabía gobernar".

Ese sí saber iba más allá del "ellos saben cómo pactar con el narco" y acabar así con el problema de la violencia. Significaba también la posibilidad de cristalizar las reformas estructurales en materia económica y social que habían quedado pendientes.

En cuanto a lo primero, el tema de la violencia, el número de homicidios dolosos no se redujo, ya que con Peña al igual que con Calderón la cifra se ha mantenido en aproximadamente 20 mil por año. Es decir 120 mil asesinados por sexenio de continuar la tendencia.

En cuanto a las reformas, se aprobó primero una reforma fiscal que resultó ser otra miscelánea más y que les pegó como siempre a los contribuyentes cautivos, una reforma energética que hasta el momento no ha significado la modernización de Pemex, pero sí precios más altos de la gasolina, una reforma educativa que, si bien introdujo un elemento importante como es la evaluación magisterial para asegurar la calidad en la educación, su deficiente implementación mantiene en paro a los maestros en cuatro Estados de la República.

Tampoco se están generando los empleos que se requieren y el crecimiento económico es raquítico.

En resumen, cuando ya han transcurrido dos terceras partes del Gobierno de Peña Nieto, los resultados en materia económica y social no son mejores que los arrojados por las administraciones pasadas.

Más grave aún, el relajamiento en la conducción de unas finanzas públicas sanas (mayor deuda pública), así como la significativa depreciación del peso frente al dólar, aunado a la expectativa de que el tipo de cambio podría...

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