Opinión Invitada / Pablo Escandón Cusi: Salud: la creciente brecha

AutorOpinión Invitada

El sistema de salud mexicano se encuentra en un momento crítico: mientras que la inversión y la calidad de la atención disminuyen, los tiempos de espera para recibir atención y el desabasto de medicamentos en las instituciones públicas aumentan. Tan crítico es que quizá, después de décadas de insistir en la necesidad de reformas para aumentar la competitividad y la capacidad del sistema, harán caso nuestros tomadores de decisiones y pondrán en primer plano de la política pública el sistema de salud. La brecha entre el tsunami de la demanda, contra la mediocridad de la oferta, de servicios de salud es algo que viene advirtiendo el grupo de Universalidad y Competitividad en Salud de Funsalud.

Si bien el gasto en salud en México creció de forma importante al inicio de este siglo, al pasar de 4.9% del PIB en 2000 a 6.2% en 2009, en 2015 representó tan sólo 5.9% del PIB, situándonos por debajo del promedio latinoamericano (7%) y del de los países de la OCDE, 8.9% de su PIB.

En reciente artículo de la revista Nexos, Julio Frenk, Felicia Knaul y colaboradores advierten sobre la brecha que vive el sistema de salud mexicano, caracterizada por la reducción de la inversión pública, operación e instituciones caducas y un aumento de las necesidades médicas de la población. Con datos sólidos y contundentes, plantean que el crecimiento poblacional implica necesariamente una mayor demanda de atención médica y de espacios en las instituciones públicas de salud.

Además, las enfermedades crónicas han ido desplazando a las enfermedades infecciosas agudas, que en décadas pasadas llenaban las salas de emergencia de los hospitales del país. En 2015, el 60% del total del gasto en salud se destinó a costear el tratamiento de sólo seis enfermedades: cáncer, cardiopatía isquémica, diabetes, enfermedades reumáticas, VIH/SIDA e hipertensión, casi todas propias de la población adulta mayor, que no sólo demanda más servicios, sino que lo hace con requerimientos más costosos.

Para atender a la población con el crecimiento estimado, en 2030 el gasto en salud debería al menos ser de 7.1% del PIB, mientras que el alza en los índices de las enfermedades crónicas no transmisibles...

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