Opinión Invitada / Mario Rizo: No dejemos de aprender

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Con los años, nos sentimos más y más cómodos con nuestras habilidades empresariales, profesionales o laborales, seguros de que nos las sabemos "de todas, todas" en nuestro ramo. Pero ¿y si el entorno económico, el mercado, las industrias o nuestros clientes cambian? ¿Podemos adaptarnos a esa nueva realidad de la situación generada por el Covid? Sí, pero solo si usamos nuestra innata capacidad de aprender continuamente y hacer los cambios o ajustes necesarios en función de las circunstancias.

Si algo nos dejó el 2020 es saber que el mundo moderno exige una renovación constante. Pero eso no es necesariamente malo, pues todos tenemos la habilidad de adaptarnos y prosperar en un entorno VICA: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. La vida no es esperar que pase la tormenta. Es aprender a bailar bajo la lluvia.

Eso sí, algunos encuentran difícil hacer las cosas diferentes porque "siempre se han hecho así" o "están viejos para cambiar". Pero para crecer, debemos aceptar el cambio; el teórico de los negocios, Arie de Geus, lo dijo de manera magistral: "la habilidad de aprender más rápido que tu competencia puede ser tu única ventaja competitiva". Aprende de tus experiencias, pero intenta aprender de los demás también.

Una vez aceptado esto, hay que detectar nuestras carencias y tratar de superarlas a través de nuestras habilidades cognitivas.

¿Qué se necesita?

La consultora en negocios Erika Andersen menciona cuatro requisitos para aprender: aspiración (pensar en las ventajas de aprender y no en lo difícil que será); auto-conciencia (entender nuestras carencias para fortalecer el deseo de superarlas); curiosidad (preguntarnos por qué los nuevos conocimientos son interesantes para los demás o cómo pueden facilitar nuestro trabajo...y buscar respuestas); y vulnerabilidad (entender que es normal ser "malos" en algo, y permitirnos ir entendiendo los temas poco a poco).

Por supuesto, no podemos desarrollar estas habilidades si nuestro cerebro está disperso, así que el primer paso para aprender sería abrir un espacio en nuestra memoria para la nueva información.

Para lograrlo, una buena opción es relajar la mente con unos minutos de meditación diaria; hacer pausas periódicas para estirarnos, beber agua o comer algo; y permitir que los pensamientos intrusivos lleguen y se vayan, en lugar de tratar de reprimirlos. El sueño es...

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