Opinión Invitada / Iraís Reyes: Competir para perder

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Si pensamos en la contienda electoral como un juego, competir en una elección siendo mujer se puede convertir en esa vieja anécdota de mi niñez: un grupo de primos y hermanos deciden darme un control de videojuegos desconectado, haciéndome creer que estoy jugando, y sin obvias posibilidades de vencerlos.

Cuando hablamos de la promoción de las mujeres en posiciones de poder, se experimenta el fenómeno conocido como "glass cliff" (acantilado de cristal), con el cual se demostró que, en las 100 empresas más importantes de Londres, las mujeres eran nombradas -en vez de hombres- para ocupar cargos en Consejos Directivos cuando el mercado de valores había tenido un desempeño fatal o en tiempos de aguda crisis.

En el escenario político, esta situación se manifiesta al postular a mujeres para competir en distritos o municipios considerados como perdedores, donde el partido político que las promueve sabe que sus posibilidades de ganar son nulas, enviándolas al precipicio electoral. Así, los espacios más competitivos se designan para los compadres o amigos de un club selecto al que no pertenecen.

Por ello, era urgente que el Congreso de Nuevo León aprobara las reformas de paridad y de violencia política en razón de género antes del 9 de julio, para que en las elecciones del 2021 las mujeres que se animaran a contender en un escenario electoral hostil tuvieran reglas del juego justas para competir en condiciones más igualitarias ante un sistema de poder que decide enviarlas a perder.

Pero nuestro Congreso incumplió de nuevo con su deber de legislar y optó por dilatar deliberadamente los esfuerzos nacionales orientados a asegurar la representatividad femenina en el espacio público.

La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación del pasado 5 de agosto fue un descontón a la incompetencia legislativa.

Además de reconocer expresamente la omisión del Congreso local, obliga a la Comisión Estatal Electoral a generar lineamientos que permitan beneficiar a las mujeres de las reformas no aprobadas, generando un criterio para cualquier autoridad que pretenda soslayar sus derechos políticos conquistados.

En la elección de...

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