Opinión Invitada / Gilberto P. Miranda: Gasolinazo, saqueos y la paradoja populista

AutorOpinión Invitada

Se ha tirado un fósforo a un mar de gasolina. De Chiapas a Nuevo León, el País arde entre protestas y saqueos.

Las redes sociales desbordan contenido que va desde un alud de noticias y mensajes falsos, hasta memes y raudales de opiniones que suelen cantearse más hacia la catarsis que a la argumentación.

El "gasolinazo" cayó como chispa en un bidón lleno de resentimiento acumulado contra la clase gobernante, confirmando que el hartazgo y el rencor hoy son los mayores catalizadores para la activación política.

La coyuntura que vivimos es de alta complejidad y en gran medida retrata lo torcida que está nuestra lógica de lo público, y la tremenda degradación de la relación entre ciudadanía y Gobierno.

Se presenta entonces una paradoja: aunque de fondo es correcto retirar el subsidio a la gasolina, la medida ha resultado en un fiasco y desestabilizado al País al haberse tomado por un Gobierno completamente deslegitimado, con una pésima estrategia comunicacional y provocada por años de políticas populistas, no como un viraje progresista.

Detallemos. La reacción social por el aumento a la gasolina se explica primordialmente por dos factores: la obvia afectación al bolsillo y el rechazo popular al Gobierno federal.

Sin embargo, hay que puntualizar una realidad que pudiera ser incómoda a primera instancia: la gasolina es un problema de clase, pues los verdaderos beneficiarios del subsidio son los segmentos socioeconómicos más ricos como lo señalan Sarabia y Hernández en Nexos (2013).

Esto se suma a décadas de planeación urbana deficiente que generó ciudades desordenadas y auto-céntricas, que han tenido como consecuencia el aumento del parque vehicular, de la contaminación, detrimento en la calidad de vida e inversión pública que promueve la desigualdad.

Por ejemplo, el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por sus siglas en inglés) ha señalado que, aunque sólo el 31 por ciento de los viajes del País se realiza en auto, en los últimos cinco años se dedicó el 80 por ciento de la inversión en infraestructura para la movilidad a este medio de transporte.

En un momento en que el mundo desarrollado apuesta por la transición energética y la movilidad sostenible, México insiste en ir hacia atrás. Lo que es interpretado por las clases altas como un atropello, puede ser visto desde otra perspectiva como la defensa de un privilegio, aunque no estén del todo conscientes de ello.

¿Cómo justificar que el País gaste más en subsidiar la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR