Opinión Invitada / El festín

AutorOpinión Invitada

Héctor Zagal

¿En qué se parecen las novelas de detectives a la política mexicana? En que, en ambas, el misterio se resuelve averiguando quién gana con el crimen cometido. Cuando se aprueba una ley, preguntémonos, al modo de los detectives, ¿quién sale beneficiado con ella? Ordinariamente acertaremos. Los beneficiarios suelen ser padrinos o mecenas del legislador que la impulsó. El Palacio de San Lázaro está poblado de cabilderos que susurran a los oídos de nuestros representantes lo que deben votar.

Lo diré rápido y pronto: los políticos, en especial nuestros legisladores, actúan en provecho propio y de sus patrocinadores. El color del partido es lo de menos.

La discusión de los impuestos es tristemente paradigmática. Senadores y diputados actuaron como anfitriones de un festín pagado con nuestras contribuciones. Al sentarse a la mesa, los invitados se lanzaron vorazmente sobre los platillos. Hubo mordidas, pisotones, golpes bajos. Los comensales se arrebataron los steaks, los pasteles, las botellas de coñac.

¿Quiénes recibieron invitación al banquete presupuestal? Secretarios, senadores, ministros de la Corte, comisionados de derechos humanos, líderes sindicales, grandes empresarios... y, por supuesto, los gobernadores. Estos últimos jugaron un papel decisivo en la discusión del paquete fiscal. Al fin y al cabo, muchos diputados le deben la chamba a su gobernador.

Eso sí, la seguridad social carece de las medicinas que necesito. El narcotráfico tan campante: cualquiera de mis estudiantes podría nombrar varios lugares donde se venden drogas. ¿Violencia? Un recuento de mis conocidos asesinados en los últimos años: Gabriel, colega de la universidad, y Jorge, buen amigo, que se resistieron a entregar su automóvil, recibieron un balazo en la cabeza; Alfonso, el padre de otro amigo, fue asesinado en la puerta de su casa; Yolanda, secuestrada, murió durante el fallido rescate. Hace unos meses robaron mi casa; se llevaron mi agenda electrónica y mi computadora. Paseo por el País y donde antes había bosques, la tala inmoderada dejó cerros pelones y el agua se agota en el territorio nacional.

¡Ah!, pero la alta burocracia cuenta con chofer y baño privado en su oficina, utiliza a diestra y siniestra el celular -que...

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