Opinión Invitada / Federico M. Fernández: Urbanismo en crisis: impunidad y corrupción

AutorOpinión Invitada

La terrible pérdida de vidas humanas en el impactante desplome de viviendas en el Fraccionamiento Antigua es mucho más que un golpe duro a la tranquilidad de los vecinos de Monterrey: es una verdadera tragedia.

Estamos frente a un problema mayúsculo que no se reduce a cumplir con simples trámites de desarrollo urbano. La realidad detrás del caso Antigua es compleja y refleja que la irresponsabilidad e impunidad no sólo afectan la calidad de vida o la preservación del medio ambiente, sino la vida y seguridad de nuestras familias. Esto nos atañe y perjudica a todos.

¿Qué sucedió? El desmoronamiento del talud que sostenía las casas no se debió al golpe de un huracán o a otro acto de la naturaleza, sino a la imprudencia y descuido. Se autorizó una excavación sin las previsiones necesarias, conjuntándose una senda de faltas y descuidos del constructor y de servidores públicos involucrados.

Las preguntas son muchas, pero la mayoría se cuestiona sobre quién es el responsable. No resulta suficiente que el municipio suspendiera la obra y se ordenaran medidas de mitigación, como no fue eficaz la supuesta ejecución de las mismas por el constructor.

A mi juicio hay varios bloques de responsabilidad: en la autorización del proyecto pudo revisarse con mayor detalle el estudio de mecánica de suelo y el programa de obra para la construcción del talud; luego, al realizarse la excavación, se pudo mantener una inspección en el sitio, máxime si había una denuncia de vecinos previa; y, finalmente, pudo darse mayor relevancia al hecho de que existían grietas y problemas en el suministro de servicios, para ordenar el oportuno desalojo de residentes.

Otra pregunta frecuente es por qué se autorizan desarrollos inmobiliarios que explotan al extremo los predios, edificando al límite de propiedad, sin remetimientos, con una profundidad excesiva y peligrosa por el tipo de terreno, incluso afectando la vialidad.

Una respuesta simple es decir que el Plan de Desarrollo Urbano permite que ese desarrollo. Sin embargo, lo que está detrás es una deficiente regulación y administración urbana.

En mi experiencia, observo que tenemos un sistema de planeación urbana que deja a la deriva el crecimiento de la Ciudad. Las normas se enfocan en regular trámites de autorizaciones con un alto grado de empirismo, es decir, sin racionalidad. Finalmente todo ello permite una gestión urbana mercantilizada que da por resultado focos de...

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