Opinión Invitada / Dominó tóxico

AutorOpinión Invitada

Pablo de los Santos

El extremo pánico bursátil de la primera semana de octubre será referencia en el futuro, así como comparamos los eventos presentes con las contracciones de los años 1929, 1973, 1987 y 2000. El momento es único.

El desplome en los mercados financieros y el disparo en la volatilidad pueden traducirse en importantes e históricas oportunidades para apostar a favor o en contra del mismo. Algunos especuladores comienzan a ingresar al mercado aprovechando los deprimidos precios, y al mismo tiempo adquieren coberturas de corto plazo para proteger su inversión.

Sin duda en días anteriores una estrategia sumamente rentable fue jugar en contra del mercado, principalmente de las intoxicadas financieras, empresas con deuda, inmobiliarias y las energéticas de recién ingreso al tobogán. Sin embargo el precio de las opciones de índices ronda extremos nunca vistos, registra cifras próximas al 100 por ciento. Por lo tanto, se torna igualmente riesgoso extender las apuestas en contra, al menos en el plazo inmediato. Espectaculares rebotes pueden borrar gran parte de las ganancias obtenidas.

Caída pieza por pieza

El mercado inmobiliario disfrutó de una bonanza extraordinaria del año 2002 al 2005, después, por razones naturales, inició su descenso cíclico. Posteriormente el sistema financiero cayó en un "dominó tóxico", factor que a su vez deprimió las estimaciones de crecimiento global, lo que finalmente derribó con fuerza a las poderosas emisoras energéticas y de bienes básicos, mismas que en los últimos trimestres sostenían a los índices bursátiles. La secuela simplificada del derrumbe aconteció de la siguiente forma:

Primero: Las emisoras inmobiliarias viven el referido ciclo alcista histórico. Segundo: Activos de alto riesgo como las hipotecas subprime son empaquetadas en productos estructurados como Collateralized debt obligations (CDOs) y Mortgage backed securities (MBS) de donde se derivan otros diversos activos. Agencias calificadoras en un error garrafal les otorgan los más altos grados de inversión.

Tercero: Las emisoras inmobiliarias culminan su ciclo alcista. Cuarto: Los productos estructurados muestran su hasta entonces desconocida intoxicación, factor que genera una total desconfianza en las referidas agencias calificadoras, mismas que controlan la colocación de miles de millones de dólares en el mundo. Las pérdidas son monumentales. Hasta aquí las corredurías poseedoras de dichos activos son las principales afectadas.

Quinto...

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