Opinión Invitada / Déficit de policías

AutorOpinión Invitada

Paulo Cuéllar Martínez

Hace unos días, el Secretario de Seguridad Pública estatal, Aldo Fasci, anunció que Nuevo León tiene un déficit de 2 mil policías.

César Santos de la Garza, Presidente del Consejo Estatal de Seguridad, exhortó al Gobernador Natividad González Parás a que aumente el salario a los policías y mejore las prestaciones que actualmente tienen los elementos preventivos. Por su parte, los organismos intermedios del sector privado volvieron a exigir resultados de seguridad a los gobiernos.

Me parece importante subrayar que hay dos variantes que guardan la misma tesitura en importancia. Primero, la inseguridad pública ordinaria, que es el pandillero de la esquina, el roba-espejos, el ladrón de la tienda, etcétera. Por otro lado, está el crimen organizado o narcotráfico.

En el primer factor la inseguridad pública es un problema con presencia perimetral, pero controlado si comparamos la incidencia delictiva con la prospectación. Por otro lado, está comprobado que hay ciertos meses en el año en que se incrementan los robos.

Las corporaciones de policía saben la temporada de crecimiento y disminución del fenómeno delictivo. Este comportamiento cualitativo no es nuevo, se presentó desde mediados de siglo pasado. Por lo tanto, en esta variante no hay un detonador criminalístico.

El pandillerismo preocupa pero contamos con instituciones con capacidad persuasiva. Quizá lo que impresione es la composición de bandas y pandillas que produce alteraciones, pero sólo en las estructuras y no en penetración territorial.

La segunda variante es el crimen organizado, la presencia de droga y narcotráfico en la entidad. Éste sí es el verdadero problema que ocasiona inconsistencias en el funcionamiento de las policías.

Es fundamental para su análisis estructural y toma de decisiones que los gobiernos consideren estos dos factores variantes y acepten que requieren tratamientos distintos.

Una premisa básica. La inseguridad llanera ya no es un problema social, sino cultural, porque se han interiorizado actitudes y personalidades delictivas entre la idiosincrasia de la gente. En este contexto existen miles de policías "llaneros" con vocación de servicio que les nace el trabajo de la seguridad del barrio, de la tienda de la esquina, etcétera.

Entonces, ¿por qué hay un déficit de policías? Hay que aceptar que hay dos grandes organizaciones que están en guerra. La policía y la mafia. Por los episodios de intervención y operación que hemos observado en la...

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