Opinión Invitada / Carmelo Cattafi: Las dos Cataluñas

AutorOpinión Invitada

El Gobierno español quiso aplacar el fervor independentista por las vías legales, decretó el 28 de octubre el cese del Gobierno catalán y convocó a elecciones el 21 de diciembre pasado.

Para quien ama la "fantapolítica" o política ficción, la dinámica catalana puede ser tan atractiva como el capítulo final de tu serie favorita.

El victimismo de los líderes independentistas prisioneros o exiliados que exigían recuperar las instituciones autonómicas logró conservar 70 escaños, apenas dos menos que en las elecciones de 2015.

Empieza con esto el manejo de piezas en el gran tablero. El bloque independentista es encabezado por Junts per Catalunya (el partido del Presidente catalán depuesto, Carles Puigdemont). La Esquerra Republicana de Catalunya puede ceder un diputado para que la derrotada Candidatura de Unidad Popular llegue a los cinco que permiten ser un grupo propio en el Parlament. Paradójicamente sus cuatro escaños son muy valiosos por garantizar la mayoría si trabajan juntos en el bloque.

El problema es que esta supuesta mayoría está susceptible de comprobarse porque contempla a tres detenidos y a cinco prófugos que tienen querellas por los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos y si pisan tierra española son objeto de arresto.

Los escaños de las izquierdas del otro bando no alcanzan para dar la mayoría a Ciudadanos, partido revelación que fue el más votado (37 escaños, 12 más que en el 2015), y a pesar de tener la legitimidad de encabezar la Generalitat no se atreve a tomar la iniciativa de formar el Gobierno catalán por no contar con suficientes posibles aliados.

Con este escenario de precarias posibles alianzas, antes del 23 de enero se tiene que formar el nuevo Gobierno, una pesadilla más para los catalanes que vieron ya a más de 3 mil empresas abandonar su domicilio fiscal barcelonés.

Las dos Cataluñas, resultantes del escrutinio, están saliendo perjudicadas una vez más porque se perfilan los mismos interlocutores para resolver una situación ahora más áspera.

Las leyes y los tribunales son fundamentales para afrontar los problemas políticos, como también lo son el diálogo y la adaptación a las necesidades de la sociedad cambiante.

Por una parte, la tarjeta de presentación del Jefe de Gobierno español...

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