Opinión Invitada / Blanca Nieves y los 7 billones

AutorOpinión Invitada

Jorge Antonio Marón

"Esta manzana es orgánica", le habría dicho la bruja malvada a Blanca Nieves si la famosa película de Disney se hubiera hecho hoy en los estudios de Hollywood. De otra forma, difícilmente habría conseguido que esta última mordiera la fruta mortal.

Esta es sólo una forma de ilustrar la creciente aceptación y consumo en Estados Unidos, y en la mayoría de los países de Europa Occidental, de la comida orgánica, aquella que está libre de fertilizantes artificiales (basados en nitrógeno), pesticidas, herbicidas, fungicidas y semillas modificadas genéticamente; y que en su proceso rechaza a la irradiación, el uso de conservantes sintéticos y el trato inhumano de los animales, así como el uso de antibióticos y hormonas de crecimiento.

Los supermercados orgánicos más importantes como Whole Foods y Trader Joe's han revolucionado el sector comercial de tal manera que Walmart y la mayoría de los supermercados estadounidenses y europeos han entrado ya, de lleno, a este rentable mercado que demandan estos consumidores tan conscientes de su salud y su medio ambiente. El argumento es que los alimentos orgánicos son más ricos en nutrientes, en sabor, promueven a los agricultores y mercados locales y ayudan al medio ambiente al no contaminar con los excesos de fertilizantes de nitrógeno (como sucede en el Golfo de México).

Este es un muy buen argumento, sin embargo, es precisamente lo que está desviando la atención y el consenso para llegar a las soluciones para el verdadero problema que el mundo enfrenta hoy: alimentar a 7 billones de personas... y sumando.

Hoy, según datos de la FAO (el brazo alimenticio de la ONU), aproximadamente un billón de personas están desnutridas y viviendo debajo de la línea de la pobreza extrema (menos de 1.25 dólares al día, o 15 pesos diarios), de las cuales, 62 por ciento están en África y Asia del Sur. La causa principal de esta pobreza son los bajos ingresos de los agricultores, debido a la baja productividad de sus cultivos. El rendimiento anual por hectárea en estas tierras es de una tonelada de trigo en comparación con 5 toneladas por hectárea que producen países desarrollados como Estados Unidos o los de Europa Occidental. Incluso, nuevas tecnologías desarrolladas en tierras al norte de Londres, Inglaterra, han logrado producir de 9 a 11 toneladas de trigo por hectárea. ¿La diferencia? Fertilizantes y pesticidas, principalmente. África utiliza 10 kilogramos por hectárea de dichos químicos, mientras...

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