Opinión Invitada / Armando Estrada Zubía: Evaluación para transformar

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A propósito de las notas relacionadas con la suspensión de PLANEA, conviene hacer una reflexión sobre evaluación educativa.

El principio básico de la evaluación es proporcionar información para la toma de decisiones. La información que se deriva de la evaluación debe ser, entre otras cosas, real, relevante, oportuna y suficiente; información que permita aprender de las lecciones vividas para diseñar, replantear o ajustar nuevas estrategias.

Su función y su valor nunca se agotan, pues siempre hay procesos mejorables y nuevas pautas para guiar la acción.

La evaluación debe ser útil a múltiples niveles de toma de decisiones. Principalmente debe ayudarle a un maestro a mejorar sus prácticas, a los directores a fortalecer sus procesos de gestión para que apoyen la tarea educativa donde más se necesita; a las supervisiones y jefaturas para identificar las prácticas más eficaces para diseminarlas; a la autoridad educativa para reconocer cómo la comunidad que les ha sido conferida se va transformando a través de una educación de calidad, como es su derecho constitucional.

También debe ser útil para los padres de familia y para la sociedad. Los padres podrán saber si la educación de sus hijos verdaderamente les acerca las competencias necesarias para ser ciudadanos plenos y felices; además para saber lo que deben hacer en casa para reforzar el aprendizaje.

En cuanto a la sociedad, por ejemplo es útil para que las empresas puedan conocer en qué medida la educación es relevante para ocupar los puestos de trabajo que requieren, o bien para que los medios de comunicación responsables conozcan qué de su programación afecta la formación de los niños, niñas y jóvenes y hagan los cambios necesarios.

Si la educación es el pilar del desarrollo de un país conviene saber lo que la educación está logrando o dejando de lograr, y emprender con voluntad una ruta de mejora donde todos participemos.

La evaluación es sin duda el principal aliado de una política pública, de un programa, de la ciudadanía. Sin la evaluación el adagio de Séneca cobra sentido: Nunca hay viento favorable para el barco que no sabe a donde va.

Como parte de su complejidad sistémica, se tienen que considerar los tiempos que existen entre la aplicación de una estrategia, los efectos que genera, la evaluación de su efectividad, el análisis, la forma de dar retroalimentación y la conducente acción que permita mejorar la actuación en una nueva oportunidad para comenzar el proceso una vez más.

Esta...

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