Opinión Invitada / Ángeles Favela: El trayecto del abuso

AutorOpinión Invitada

Abuso es la palabra que ha cimbrado al mundo en distintas latitudes y diversos tiempos. Hoy el nuestro es uno de ellos.

En suelos regiomontanos es asunto en ebullición: innumerables reportajes en las páginas de EL NORTE lo confirman.

UANL, UDEM, Tec y otras universidades, bachilleratos, secundarias públicas y privadas saben del problema. ¿Están o no haciendo algo al respecto? ¿O las denuncias van acumulándose ante los ojos cerrados de los planteles?

¿Y los casos que permanecen en silencio?

Personas de cualquier edad podrían ser víctimas, pero la posición vulnerable en la que estudiantes de ambos sexos se colocan al cruzar la puerta de un salón de clases es digna de atención en el ámbito educativo, de derechos humanos y el ejercicio de las leyes.

Que no seamos capaces de definir y prevenir el abuso desde sus etapas tempranas es el grave obstáculo que no permite, en parte, disminuir el número de casos.

¿Cómo explicar el fenómeno para poder detectarlo a tiempo y combatirlo?

Es necesario desgranarlo, conocerlo desde sus entrañas y alertar en la medida de lo posible, porque puede estallar en cualquier lugar a veces en la forma más inesperada.

Hablemos claro: abusar es la acción y efecto de usar de manera excesiva, injusta, impropia y denigrante a alguien.

El atentado tiene rostro y nombres dentro del marco jurídico, pero cierra un círculo, y dentro quedan impunes y en libertad acciones de seducción premeditada y manipulación emocional que son el eslabón perdido en esta problemática.

Es importante saber que el abuso emocional y físico es la combinación de factores desarrollados previamente.

Las intenciones, contexto, madurez física, emocional y psíquica, demuestran la distancia entre dos personas que por diversas situaciones establecen una relación afectiva.

En la coincidencia maestro-alumno son importantes la diferencia de edad, la experiencia en las relaciones interpersonales, la jerarquía de poder y el acervo intelectual que en la interacción cada uno aporta.

Admiración, amor, soledad, carencias, pérdidas y abandono son una combinación letal cuando se mezclan con egocentrismo, lujuria, perversidad y de allí hacia arriba, hasta llegar a una amplia gama de patologías.

Tras las bambalinas del cortejo, bajo reflectores de encantadores, yacen jóvenes con su corazón de cristal, estrellado. En esta parte del infame trayecto para las leyes aún no representa delito.

El aislamiento y la ambientación serán el entorno perfecto para que la víctima...

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