Opinión Invitada / Alejandro Ramírez Gaytán: ¿ ...y si tiembla en el Estado?

AutorOpinión Invitada

Por más de dos décadas se dio prioridad al sismo largamente esperado en la brecha sismicidad Guerrero (zona de subducción frente a las costas de Acapulco); la alerta sísmica de la Ciudad de México se estableció precisamente para este fin, adelantarse a la ocurrencia de este evento sísmico en las costas guerrerenses. Para sorpresa de nuestros científicos, políticos y del pueblo mismo, el golpe vino de un ángulo distinto y a muy poca distancia: las trincheras apuntando al suroeste (alerta sísmica) de poco sirvieron.

Algo similar está pasando en la segunda ciudad más poblada del País, Guadalajara. La comunidad científica le ha dado prioridad al estudio de la sismicidad generada en la zona de subducción frente a las costas de Jalisco y Colima; adicionalmente, los Gobiernos municipales y estatal así como la Universidad de Guadalajara (UdeG) no han dado ningún apoyo para adquirir instrumentación sísmica de punta para la ingeniería sísmica.

La naturaleza nos ha enviado ya un mensaje. El 11 de mayo de 2016 un sismo de magnitud 4.9 Mw (clasificado como menor en la sismología) generó aceleraciones en el terreno de la ciudad de Guadalajara 6 veces mayores a las ocasionadas por los grandes terremotos históricos ocurridos en la zona de subducción de Jalisco. Esto es de esperarse dada su localización (a 1 km de las primeras zonas urbanas de Guadalajara y a 18 km de la Catedral). ¿Qué pasaría en Guadalajara si en esta zona (parte norte del bloque tectónico de Jalisco y que de acuerdo con algunos investigadores, algunas fallas parecen estarse reactivando) ocurriese un sismo de magnitud 7.0 en adelante? Seguramente sería una gran tragedia que se llevaría muchas vidas en nuestra ciudad.

El peligro sísmico (la posibilidad de ocurrencia de grandes sismos) es algo que los seres humanos no podemos impedir, ni siquiera controlar; las placas tectónicas seguirán moviéndose hasta el final de nuestro planeta y por tanto seguirá temblando. Sin embargo, disminuir o eliminar el riesgo sísmico (proteger el patrimonio y las vidas de las personas) sí lo podemos controlar (ingeniería sísmica). Claro ejemplo es Japón, donde el peligro sísmico es enorme, pero el riesgo sísmico es casi nulo. El sismo de Tohoku de 2011 con magnitud histórica de 9.2 no pudo colapsar ni una sola gran estructura y no generó ni una sola muerte en este país (las muertes ocurridas fueron por el tsunami posterior). En Japón se ha dado prioridad a la ingeniería sísmica. En el lado contrario tenemos a...

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