Opinión Internacional/ Bush ante América Latina

AutorRafael Fernández de Castro

No sólo ven en Bush a un vaquero altamente inexperto en política internacional, sino que además detestan su conservadurismo al estilo, pero sin el estilo, de Ronald Reagan.

Les parece un enorme retroceso la no ratificación del Protocolo de Kyoto y consideran que su relanzamiento de la Guerra de las Galaxias, ahora reempaquetado como sistema espacial antimisiles, constituye un regreso hacia la carrera armamentista propia de la Guerra Fría.

Incluso el líder ruso Vladimir Putin, con quien aparentemente Bush había tenido buena química, dos días después de su reunión dio una entrevista con el propósito de no dejar duda: Moscú considera que la iniciativa de defensa antimisiles es altamente riesgosa, por lo que no dudará en armarse si Estados Unidos la lleva a cabo.

La controvertida gira por Europa tuvo incluso sus costos al interior de Estados Unidos. La encuesta realizada por The New York Times y la cadena televisiva NBC, publicada el 21 de junio, mostró que la popularidad de Bush descendió siete puntos con respecto a marzo.

Además reveló que la mayoría de estadounidenses, 52 por ciento, reprueba su capacidad para manejar crisis internacionales y que tan sólo 37 por ciento piensa que su Presidente es respetado por líderes de otros países.

En Asia y Medio Oriente la popularidad de Bush tampoco es halagüeña. Se inició con el pie izquierdo la difícil relación con China. El descubrimiento del avión espía demostró grandes tensiones bilaterales y la división que prevalece en el equipo de política exterior de Bush: los ultraconservadores comandados por el Vicepresidente Dick Cheney y el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que no esconden su hostilidad hacia China y pretenden aislarla, y los conservadores-pragmáticos encabezados por el Secretario de Estado, Colin Powell, que consideran que hay que involucrar a China y convertirla en socio de pleno derecho de los organismos internacionales occidentales. Por último, en Medio Oriente la mediación entre judíos y palestinos ha perdido la brújula y ahora resulta, según Henry Kissinger, que el culpable es Bill Clinton por "intentar resolver el conflicto de una vez por todas".

Unicamente en América Latina, y en especial en México, Bush es visto como una oportunidad. El Mandatario ha evidenciado su interés por la región y se ha dado tiempo para entrevistarse con los Presidentes de los principales países de ésta: Brasil, Argentina y Chile.

A México y al Presidente Vicente Fox les ha conferido un lugar...

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