ONG busca dar voz a 800 Niños Invisibles

Mariluz Roldán

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 9 (EL UNIVERSAL).- Carlitos tiene tres años y el espacio que conoce como su casa son las paredes del centro penitenciario donde vive con su mamá desde que nació; no tiene juguetes, no recibe alimentación adecuada para su edad y tampoco cuenta con las circunstancias que garanticen sus derechos. Él es uno de los 800 menores que permanecen en prisión con sus madres, a quienes la organización Reinserta A.C., busca darles voz con la campaña Niños Invisibles.

Para la organización, es una prioridad apoyar a los niños que están en los centros penitenciarios, con el fin de garantizar que cuenten con los mismos derechos que los menores que están fuera de reclusión, por lo que, de la mano de la agencia Leo Burnett, realizó un cineminuto con la intención de darles visibilidad y que se pueda avanzar en el tema hasta lograr su bienestar.

Reconoce que el reto para alcanzar el bienestar integral en un ambiente carcelario es mayor, pese a que con la Ley Nacional de Ejecución Penal se lograron establecer criterios sobre la permanencia de los niños, al fijar la edad máxima en tres años y reconocer sus derechos a la salud, alimentación y educación, entre otros.

En colaboración con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Reinserta A.C. elaboró el "Diagnóstico de las circunstancias en las que se encuentran las hijas e hijos de las mujeres privadas de su libertad en 11 centros penitenciarios de la República Mexicana. Propuesta de políticas públicas para atender de manera integral sus necesidades más apremiantes", en el cual indicó que hay 12 mil 132 mujeres están en prisión, 88% de las cuales son madres.

Para el informe, revisó la situación de 2 mil 49 mamás que se encuentran en 11 prisiones de 10 estados, de junio a octubre de 2016. El documento señala que 73% se encargaba del sustento económico familiar antes de entrar a la cárcel y 18% todavía desempeña esa labor.

De las encuestadas, 72% tenía entre uno o tres hijos al momento de su detención y 88% vivía con ellos. Tras su arresto, mil 361 menores quedaron al cuidado de su abuela materna; 832 del abuelo materno; 792 del padre, y el resto se distribuye entre tíos, abuelos paternos, madres...

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