Están en el olvido

ZMG.- Una puerta de metal blanca se abre. La realidad se asoma. Pequeños cuartos que albergan hasta seis camas cubiertas con varias cobijas son el hogar de 66 mujeres que viven en la Unidad Asistencial para Personas Indigentes (UAPI).

A toda prisa se acerca una mujer ataviada con una sudadera azul, su pelo ya pinta canas, lo que revela su edad física, pero su comportamiento refleja su edad mental.

Como niño perdido toma la mano de esa persona nueva que entró al patio. Alza su mirada con un dejo de inocencia y una lágrima a punto de salir.

"¿Me llevas con mi mamá, tú me llevas con mi mamá?", pide al tiempo que emite un lamento.

No se despega, sólo suelta la mano para aferrarse a la cintura en busca de un abrazo, de una caricia.

La UAPI atiende actualmente a 276 personas, de las cuales, el 95 por ciento tiene un trastorno o discapacidad mental, lo que dificulta su reinserción, pues sus familiares, si es que los tienen, no quieren hacerse cargo de ellos.

Al final del pasillo, una puerta de metal divide el área de mujeres con la enfermería. Entrar no es consuelo. Uno al lado del otro están los usuarios requieren atención médica.

Sentados en sillones o sillas de ruedas, cubiertos con cobijas, ven la tele o platican entre ellos. Otros están acostados y con cicatrices de llagas en las piernas. Los cinco...

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