Olvidado por la Máquina

AutorAlejandra Benítez

Salir de casa, viajar a un país con nuevas costumbres, vivir en una humilde pensión, entrenar dos veces al día y apenas tener unos cuantos pesos en el bolsillo para lo más indispensable no es garantía para regresar a México y recibir una oportunidad en Primera División.

Víctor Ocampo Álvarez, quien ha picado piedra en el futbol de ascenso desde hace varios años, no dudó ni un momento cuando José Luis Guerrero, director de Fuerzas Básicas de Cruz Azul, le ofreció viajar a Argentina para jugar en el Club Atlético Sagrado Corazón de la Primera División Rosarina.

Esperanzado en poder adquirir fogueo y mayor crecimiento, lo aguantó todo, al tiempo que se hizo el propósito de aprender de un futbol altamente competitivo.

"No fue fácil llegar y estar lejos de la familia, creo que eso es lo que más me dolió, a veces no tenía ni para hablarles porque en Argentina no ganaba nada, estaba de intercambio, me daba comidas y un lugar donde dormir para estar concentrado en el futbol.

"Tuve que adaptarme a los horarios porque las comidas fuertes las hacían en la cena, de hecho casi no desayunan nada, algo muy ligero, pero uno aguanta todo por la ilusión que tienes para trascender", comentó.

Ocampo Álvarez viajó toda la noche desde Rosario hasta Buenos Aires para llegar al lugar de la entrevista, no le importó sacrificar algo de lo que había logrado ahorrar de los dos mil pesos que su familia le enviaba mensualmente.

"No es fácil entrar a un futbol donde todos te miran raro, donde te cuesta más trabajo que en ningún lado porque se trata de un país que hace futbol de exportación y muchos piensan que llegas a quitarles el puesto", añadió.

El medio de contención comentó que desde sus primeros años siempre tuvo la inquietud de jugar futbol, quizá porque su padre lo practicó en su juventud.

Víctor es hermano del matador de toros Xavier Ocampo, quien siempre lo ha apoyado.

"Mi hermano es una gran inspiración, es un valiente en toda la extensión de la palabra, pararse frente a un toro no es nada fácil, en la familia nos encanta la fiesta brava, pero mi pasión...

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