Olmo Guerrero / ¿Nuevo Nuevo León?

AutorOlmo Guerrero

Después de una buena campaña electoral de Samuel García, con énfasis en redes sociales gracias al soporte invaluable de Mariana Rodríguez, se decidió la elección a Gobernador.

Haciendo hincapié en su preparación académica, su juventud y una holgada capacidad de oratoria, ha comenzado el nuevo sexenio del titular del Poder Ejecutivo.

El nuevo Gobierno ha creado expectativas en la colectividad, pero también hay un temor latente de repetir historias oscuras.

En el 2009, un joven Rodrigo Medina tomó protesta como Gobernador del Estado, terminando su gestión con señalamientos de corrupción contra él y sus allegados.

Por su parte, el inicio de la gestión de "El Bronco" en el 2015 fue esperanzador. Bajo la premisa de ejercer de manera "independiente", el primer año de su Administración lanzó la llamada Operación Tornado con el objetivo de castigar la corrupción de los antecesores. Sin embargo, nunca se vieron resultados positivos de esta tormentosa operación.

La práctica política de prometer durante campaña de manera generosa también fue utilizada por el actual mandatario García.

Entre las promesas se mencionó un nuevo sistema de transporte público, el efectivo combate a la corrupción, programas de infraestructura, e incluso un hub aeroportuario.

Y, por otro lado, afirmó que administrando los gastos y combatiendo la corrupción se lograría obtener recursos suficientes. Lo anterior fue aderezado con exuberantes propuestas, como un novedoso pacto fiscal y otra Constitución Política.

Ya en funciones, el mandatario públicamente ha denunciado la existencia de una red de moches en casinos y comercios en la anterior Administración. Ha señalado también irregularidades graves en Agua y Drenaje y, además, que en los trámites para la obtención de créditos por parte de burócratas, se exigen porcentajes sobre los montos y hasta favores sexuales para continuar con los procedimientos.

Para transmitir su mensaje, ha emulado sesiones como las mañaneras de AMLO, e incluso ha transmitido órdenes a su Gabinete vía Twitter, similar a Donald Trump.

Fuera de esta parafernalia propia de campaña, a corto plazo deberá tomar decisiones de fondo ante el desencanto latente de no generar resultados inmediatos.

Sus retos no son pocos: deberá aprender a lidiar con un Congreso adverso, necesitará convencer a los integrantes ciudadanos de su Gabinete a no claudicar; batallará con unas finanzas complejas y, a la par, tendrá que mostrar avances en la solución de los espinosos retos...

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