Ola de violencia mantiene en jaque a acapulqueños

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 28 (EL UNIVERSAL).- En Acapulco se viven días duros: la noche del viernes un empresario fue asesinado; el miércoles, un locutor; el lunes y el domingo mataron a un hombre e hirieron a cuatro en el Zócalo. Días atrás, esparcieron cuerpos desmembrados por las calles, mataron a cuatro mujeres e intentaron secuestrar a cinco y denunciaron una decena de desaparecidas. Los asesinatos contra las taxistas no paran, tampoco en las colonias, ni en la costera Miguel Alemán.

Los hechos de violencia en los últimos 10 días han sido duros y constantes. Hay miedo. En las redes sociales los mensajes de indignación y de miedo abundan. Los mismos acapulqueños se llaman a protegerse y denuncian la inacción gubernamental. Como un grito de desesperación surgió el hashtag #Nosestánmatando. En las calles, familiares de desaparecidos y de los asesinados han marchado sin encontrar respuestas.

El domingo 21 de octubre, uno de los días más concurridos en el zócalo, un grupo armado llegó y a un costado de la Catedral le disparó a un joven. Las balas lo dejaron herido, pero la ayuda llegó tarde. Murió.

Horas antes, a unas cuadras atacaron un despacho de abogados, cuando en las calles había transeúntes.

Al otro día, nuevamente al lado de la Catedral, hombres armados dispararon contra los comerciantes que vendían elotes, tacos, bolillos. Tres quedaron heridos y una persona más murió. Minutos antes, a kilómetros de ahí, en la avenida Ejido, una de las más transitadas, dejaron bolsas negras con restos humanos, y una cabeza, dos brazos y una pierna las tiraron sobre la vía. El hallazgo no detuvo el tráfico: los autos les pasaron por encima.

Respuesta a operativos. Toda esta violencia es considerada por la alcaldesa Adela Román Ocampo (Morena) como mensajes de las bandas delictivas por la intervención que hicieron fuerzas federales en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

El 25 de septiembre, elementos de la Marina, el Ejército, las policías Federal y Estatal tomaron la dependencia por estar presuntamente infiltrada por el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA). Detuvieron a dos mandos acusados de asesinato, detectaron que menos de 50% de los agentes están certificados y un faltante de 342 armas. Desde esa fecha, la seguridad quedó en manos de la Marina y la Policía Estatal.

Pero la violencia no se detuvo e, incluso, para algunos sectores se ha exacerbado. Sobre todo contra las mujeres, en una semana mataron a cuatro e intentaron secuestrar...

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