Los Ojos Como Los de Las Mexicanas

ARTÃiCULO DE OPINIÓN

Elias Rafful Vadillo*

Es fin de año. De un año, por cierto, particularmente complicado para la vida política nacional. Permitámonos entonces distraernos. Aprovechando que recientemente se cumplieron los primeros 15 años de la ciudad de Campeche como patrimonio cultural de la humanidad, les voy a contar un breve pasaje de la historia de ese estado, que se inserta en un momento fundamental de nuestra transformación en nación.

Sucedió hace justamente 149 años. Era 1865. Apenas dos años después de que Campeche se había convertido en entidad federativa.

"Yo soy María Carlota Amelia, prima de la Reina de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y Virreina de las provincias del Lombardovéneto acogidas por la piedad y la clemencia austriacas bajo las alas del águila bicéfala de la Casa de Habsburgo. Yo soy María Carlota Amelia Victoria, hija de Leopoldo Príncipe de Sajonia-Coburgo y Rey de Bélgica y de Luisa María de Orleans, la reina santa de los ojos azules y la nariz borbona". Así comienza describiendo Fernando del Paso a la emperatriz Carlota en su novela Noticias del Imperio.

Para nadie es sorpresa el papel fundamental que jugó Carlota como esposa de Maximiliano. Él, lleno de dudas e inseguridades. Ella, empujándolo a arriesgarse con coraje y ambición. Mucho se ha dicho también de su cautivadora belleza y de su empeño por hacer que la aventura en América funcionara.

De lo que se ha hablado poco es de que fue justamente un campechano, José María Gutiérrez de Estrada, quien encabezó al grupo de notables mexicanos que tocó las puertas de varias casas reales europeas con el fin de colocar a una cabeza coronada al frente de los destinos nacionales.

Ya desde 1840, Gutiérrez de Estrada promovía la necesidad de instaurar la monarquía en México. De acuerdo a lo escrito por la marquesa Calderón de la Barca en sus memorias, en octubre de ese año todo el mundo hablaba del folleto escrito por el campechano, "el cual se cree que habrá de causar en México más sensación que la que produjo en Inglaterra el descubrimiento del Complot de la Pólvora".

Es así como en diciembre de 1865, ya en México, impulsados por la idea de que sólo viajando se llega a una visión verdadera de la vida, Maximiliano realizó una gira por el Bajío y Carlota por Yucatán y Campeche, con el doble propósito de reconocer sus nuevos dominios y de que la población los conociera.

La compleja situación nacional no permitió a Maximiliano ir a la...

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